Un viaje largo, un cambio de residencia o simplemente unas vacaciones, no tienes que darnos los motivos por los que quieres llevarte a tu perro en tu próximo viaje, ¡te entendemos! Aunque a veces es un trámite que da flojera, es normal que quieras que tu amigo peludo te acompañe en todas tus aventuras. Dejando de lado los papeleos, hoy te vamos a dar algunos consejos para que el viaje en avión con tu perro sea todo un éxito.
Sí, sabemos que hemos dicho que no vamos a hablar nada de papeleos, pero lo primero de lo que tienes que asegurarte cuando vayas a organizar tu viaje es de si puedes viajar con tu perro al país de destino. Cada nación tiene sus propias leyes y deberás tenerlas en cuenta para ver si te conviene hacer todo el trámite o si, por el contrario, es mejor para ambos que tu perro se queden en casa. Puedes conseguir esta información preguntando directamente a la aerolínea con la que vayas a viajar.
¿Ya has decidido que tu perro viaja contigo sí o sí? Bienvenidos a bordo. Ahora, el siguiente paso es saber el peso de tu perro. Los perros pequeños y de hasta cierto peso (dependiendo de la aerolínea), pueden ir en la cabina del avión, sí, contigo durante todo el viaje, pero los más grandes tienen que ir en la bodega. Tenerlos en bodega puede suponer un poco de estrés, pero si lo sabes con antelación, tendrás tiempo para manejar esos nervios. Vaya donde vaya, cuando compres tu billete acuérdate de avisar a la compañía de que viajas con un perro; muchas veces tienen plazas limitadas y tienes que asegurar el sitio para tu mascota.
Si tu perro va a viajar en bodega, tendrás sí o sí que llevarlo en una caja rígida y de un tamaño determinado, el cual también depende de la aerolínea. Si viaja a tu lado, puedes llevarlo en una de esas bolsas para mascotas, aunque muchas aerolíneas piden unos requisitos concretos, así que te recomendamos revisar sus condiciones.
El viaje en avión puede resultar estresante para tu perro, así que hay que intentar hacérselo lo más cómodo posible. Durante los días previos, acostumbra a tu mascota a la bolsa o la caja, déjale que entre, que se haga a ella e, incluso, que esté un tiempo cerrado, para que se acostumbre, y dale un premio cuando salga. Así, su viaje será mucho más tranquilo.
Con tiempo…, pero no demasiado pronto. Es difícil, pero hay que hacer un cálculo perfecto para que no vayas con la hora justa, pero tampoco con mucha antelación, ya que cuanto antes entregues a tu perro, más tiempo pasará metido en la caja. Además, una vez que subas al avión y para viajar con mayor tranquilidad, pregunta a los azafatos si el perro ya se encuentra en la bodega, ellos se encargarán de confirmarte su llegada.
Si nunca has viajado con perro, seguro que no te has fijado, pero hay muchos aeropuertos con espacios específicos para mascotas en los que tienen desde zonas de juego hasta baños. Si viajas con tu perro en cabina, podrás aprovechar estos espacios para que esté libre antes de subir al avión.
Antes de salir del avión, pregunta el punto exacto en el que tienes que recibir a tu mascota, ya que dependiendo del aeropuerto saldrá por la cinta o te lo traerá una persona. Ve con todo listo para recibirle, desde comida y agua hasta algún trapo por si ha hecho pis en la caja y, por supuesto, ¡con mucho amor!
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