El sur de Chile es realmente cautivante, pero no sólo por sus ya conocidos destinos e impresionantes paisajes, sino también porque la naturaleza se presenta libre y sin intervenciones. Eso es lo que muestra el Parque Pingüino Rey, en Tierra del Fuego, uno de los lugares más australes de Chile, donde cada año anidan estas maravillosas especies.
Pocos saben que existe una colonia de Pingüinos Rey en Tierra del Fuego. Yo, al menos, no lo sabía hasta llegar a Punta Arenas. Pero la curiosidad no mata gatos, como dicen, sino que nutre de más información. Fue así como me enteré, a través de unas turistas extranjeras, sobre el tour a Porvenir con destino al parque. Y aquí estoy, lista para comenzar la travesía.
El viaje se inicia a las 7:30 de la mañana por el Estrecho de Magallanes. Lo navegamos hasta llegar a una de las ciudades más australes de Chile: Porvenir. Es una localidad pequeña, que no supera los 6 mil habitantes, pero es pintoresca y tiene varios lugares para visitar. Comienza el recorrido por el Museo Fernando Cordero Rusque, famoso por poseer una momia de 500 años de antigüedad. Para conocer sobre la historia del lugar, me centro en las imágenes del proceso colonizador, además de la vida y las costumbres de los aborígenes Selknam.
(Foto: Museo de Porvenir)
Luego de finalizar el paseo por el museo, nos dirigimos a la costanera. Había escuchado que en este sector tenían una exquisita gastronomía, pero los comentarios no fueron lo suficientemente descriptivos en relación a las delicias que se pueden encontrar aquí. Centollas, erizos y caracoles, son parte de la especialidad de estos amantes de la buena mesa.
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La ruta continúa hasta la última detención, en el Cerro Mirador. Desde aquí se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y la bahía, y especialmente de una tranquilidad que sólo se puede encontrar en zonas tan extremas como éstas. No hay que olvidar que estamos, literalmente, en el fin del mundo.
Luego de un rato, el guía nos avisa que debemos continuar nuestro viaje hasta el Parque Pingüino Rey, en Bahía Inútil… ¿Qué nombre más especial, no? Me cuentan que fue nombrada así, porque no era de fácil acceso para los barcos, ni tampoco ofrecía atractivos para los pescadores. Definitivamente inútil para los intereses del hombre, pero no para una colonia de Pingüinos, en busca de un hogar.
(Foto: Juliane Schultz)
Viajamos por un poco más de una hora y llegamos. Nos recibe el guardaparques, que se encarga de la seguridad de esta especie. Nos explica que podemos acercarnos en grupos de doce personas, ojalá en silencio y moviéndonos lentamente. Le hacemos caso. Seguimos avanzando, hasta encontrarnos con un grupo de casi 20 pingüinos, entre machos, hembras y crías.
(Foto: Henrikas Kontautas)
Realmente es impresionante tenerlos tan cerca, estamos a sólo metros de distancia. Nos sentamos y nos quedamos admirando sus formas y su cotidianeidad. Parece mentira estar aquí, frente a pingüinos que comúnmente están en la Antártida. Sin duda es todo un privilegio verlos así, viviendo libremente, cuidando a sus crías o desplazándose de un lado a otro, con un caminar algo torpe, pero enternecedor.
(Foto: Valerie Stephan)
Nuestra hora frente a ellos finaliza y ya nos tenemos que retirar. Me voy con un gran número de fotos de este momento y un recuerdo único. Si quieres vivirlo también, puedes ver la información y contratar el tour Pingüino Rey aquí.
Foto Portada: patagonia-chile.com
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