Cracovia es la ciudad más visitada de Polonia por un triste motivo, la presencia en sus alrededores del campo de concentración más famoso del mundo, Auschwitz-Birkenau. La visita a este lugar histórico remueve muchísimo, pero la ciudad cuenta con otros puntos que te quitarán ese sabor amargo y que bien merece la pena disfrutar.
Aunque la mayoría de gente que llega hasta Cracovia lo hace para visitar Auschwitz-Birkenau, de lo primero que vamos a hablar en esta guía es de su centro histórico, conocido como Stare miasto, y de todo lo que puedes conocer en él y en sus alrededores.
La parte más popular del centro histórico está rodeada por el conocido como Planty, un parque circular de cuatro kilómetros que ocupa el lugar en el que antes estaba la muralla de la ciudad, la cual fue derruida para facilitar el crecimiento urbanístico.
Dentro de los límites del Stare miasto encontrarás los siguientes puntos turísticos:
Empezamos este recorrido por el centro histórico de Cracovia por la zona sur, en uno de los puntos más representativos de la ciudad. A orillas del río Vístula y en lo más alto de la colina de Wawel se encuentra el castillo del mismo nombre, una edificación con toques góticos y renacentistas que es testigo de muchos acontecimientos históricos, desde la vida de los reyes de Polonia hasta la invasión del país durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero en esta colina no solo está el castillo, aquí también se encuentran la catedral de Wawel, el museo catedralicio Juan Pablo II, la Cueva del Dragón y el Palacio Real.
Para visitar cada uno de los diferentes atractivos situados en la colina de Wawel, tendrás que comprar una entrada distinta. Incluso si vas al Palacio Real, debes elegir los diferentes puntos que quieres conocer y comprar las entradas por separado. Aquí te dejamos una lista con los precios y horarios especificados. Además, te recomendamos consultar sus respectivas páginas web antes de visitarlo, ya que en ella actualizan los lugares que están abiertos y los que se encuentran cerrados.
Precios y horarios
Castillo Real de Wawel
Lunes
Entrada gratuita, con horario de 10:00 a 16:00. Tienes que ir a la taquilla para recoger tu entrada gratuita.
Tiendas turcas otomanas: de enero a marzo, última entrada a las 15:30.
Armería: de enero a abril, última entrada a las 15:10.
Wawel perdido: de enero a diciembre, última entrada a las 15:20.
Apartamentos reales privados: de abril a junio, última entrada a las 15:00 (1 de abril abierto de 9:00 a 17:00 h, última entrada a las 16:00).
Wawel subterráneo, el Lapidario: de julio a septiembre, última entrada 15:30.
Wawel recuperado: de julio a diciembre, última entrada 15:20.
Tesoro de la corona: de octubre a diciembre, última entrada 15:00.
De martes a domingo
Horario
De enero a marzo: de 9:30 a 17:00.
De abril a junio y de septiembre a diciembre: de 9:00 a 17:00.
De julio a agosto: de 9:00 a 18:00.
Precios y más
Salas de Estado (última entrada 60 minutos antes del cierre): 35 eslotis (alrededor de 8,75 dólares).
Apartamentos Reales Privados con el Gabinete de Porcelana (última entrada 60 minutos antes del cierre): 25 eslotis (alrededor de 6,25 dólares).
Tesoro de la Corona (última entrada 60 minutos antes del cierre): 35 eslotis (alrededor de 8,75 dólares).
Armería (última entrada 50 minutos antes del cierre): 20 eslotis (5 dólares).
Tiendas turcas otomanas: 10 eslotis (2,5 dólares).
Arte de Oriente (de 14:00 a 17:00, última entrada 30 minutos antes del cierre): 10 eslotis (2,5 dólares).
Subterráneo de Wawel, el Lapidario (última entrada 30 minutos antes del cierre): 22 eslotis (alrededor de 5,5 dólares). El precio de la entrada incluye audioguía.
Wawel perdido (de 9:30 – 13:30, última entrada 30 minutos antes del cierre): 15 eslotis (alrededor de 3,75 dólares).
Catedral de Wawel
Horario
Catedral: de abril a octubre, de lunes a sábado, de 9:00 a 17:00 y domingos de 12:30 a 17:00. De noviembre a marzo, de lunes a sábado, de 9:00 a 16:00 y domingos de 12:30 a 16:00.
Museo de la Catedral: de abril a octubre, de lunes a sábado, de 9:00 a 17:00. De noviembre a marzo, de lunes a sábado, de 9:00 a 16:00.
Precio: 23 eslotis (5,75 dólares).
La taquilla se cierra media hora antes del horario de cierre.
Si seguimos el recorrido desde la colina de Wawel hacia el norte, te encontrarás con la calle Grodzka, parte del antiguo Camino Real que iba desde la puerta de San Florián (de la que hablaremos más adelante) hasta el castillo de Wawel. Se utilizaba para homenajear a los reyes que volvían de alguna batalla, a obispos que asumían su cargo y a otras celebridades del momento.
Cuando camines por esta calle histórica, mantén los ojos bien abiertos para disfrutar de su arquitectura, que va desde casas renacentistas de color pastel hasta iglesias como la de San Pedro y San Pablo y la de San Andrés.
Además, en esta calle y en las cercanas a ella se encuentran los conocidos como bares de leche, restaurantes que eran llamados así en la antigüedad porque en su carta ofrecían verdura y leche. En la actualidad, se mantiene la decoración austera originaria, pero la carta ha evolucionado a platos más elaborados y típicos del país como la zurek (sopa), los pierogi (una mezcla de ravioli y empanadillas) y el bigos (estofado de carne y chucrut).
Seguimos nuestro camino hacia el norte del Stare miasto para hacer una parada en una de las basílicas más importantes de Cracovia y una de las iglesias más antiguas de la ciudad, la de San Francisco de Asís. Aunque este templo religioso se levantó originalmente en el siglo XII, ha sufrido varios incendios, por lo que su estilo arquitectónico es una mezcla entre el gótico y el neogótico. Una curiosidad es que esta era una de las iglesias preferidas de Juan Pablo II antes de convertirse en Papa, por lo que, si te fijas, encontrarás una placa en el banco en el que se solía sentar, con su nombre de nacimiento, Karol Wojtyla.
Además, puedes aprovechar que te encuentras por esta zona para conocer la basílica de la Santa Trinidad, ubicada a tan solo unos pasos de la de San Francisco.
Horario: de lunes a domingo, de 5:45 a 19:45.
Precio: gratis
Siguiendo el camino marcado por el margen izquierdo del Planty, llegaremos al Collegium Maius («Gran Colegio»), edificio de la Universidad Jagellónica, la más antigua de Polonia. Es un lugar para hacer una visita rápida, teniendo en mente un dato importante: aquí estudió nada más y nada menos que el astrónomo más famoso de todos los tiempos, Nicolás Copérnico. Hay un museo con objetos que pertenecían a él y a otros grandes científicos como Marie Curie.
Si tienes suerte, cada dos horas suena el reloj del patio, con una exhibición de tallas de madera preciosas.
Con 40 000 metros cuadrado, la plaza del Mercado es, además una de las más bonitas del mundo, la plaza medieval más grande de toda Europa. Este lugar ha sido el escenario de todo tipo de acontecimientos, desde las negociaciones entre comerciantes hasta ejecuciones públicas y, en la época nazi, adoptó el nombre de plaza de Adolf Hitler.
En la plaza hay varios puntos de interés que tienes que visitar:
– Lonja de los paños: lo que fue un mercado de especias, seda y otros productos exóticos es hoy el típico espacio con tiendas de regalos para los turistas, así que si quieres comprar algún recuerdo de la ciudad, puedes aprovechar tu visita a la plaza del Mercado. Si lo que te gustan son las curiosidades históricas, te proponemos un juego, buscar un cuchillo de hierro en una de las entradas. Se dice que fue utilizado en la reyerta entre dos hermanos que construyeron las torres de la basílica de Santa María, que pelearon por ser el que hacía la torre más alta y este cuchillo fue el causante de la muerte de uno a manos del otro.
– Torre del Ayuntamiento: esta torre es lo único que se conserva del antiguo ayuntamiento de la ciudad. Con 75 metros de altura, es un buen lugar para ver Cracovia desde lo más alto, aunque sus vistas no superan los de la torre Hejnalica de la basílica de Santa María. El precio de entrada a esta edificación es de 12 eslotis (alrededor de 3 dólares), aunque puedes visitarla de manera gratuita los lunes. Antes de ir, consulta si está abierta, ya que cierra durante algunos meses.
– Basílica de Santa María: junto con la de San Francisco de Asís, la basílica de Santa María es uno de los templos religiosos más importantes de toda la ciudad. Se encuentra en uno de los lados de la plaza del Mercado y tiene varias curiosidades, como sus torres de altura desigual o su increíble retablo de madera, el más grande de Europa. Cada hora, en lo alto de la conocida como torre Hejnalica aparece un trompetista tocando el Hejnal.
La basílica está abierta de lunes a sábado, de 11:30 a 18:00 y los domingos, de 14:00 a 18:00. El precio de entrada a la catedral es de 15 eslotis (alrededor de 3,75 dólares) y, si quieres subir a la torre, tendrás que pagar otros 15 eslotis adicionales. La torre se encuentra abierta solo durante unos meses (cuando hace buen tiempo) y se ponen pocas entradas a la venta, así que te recomendamos que vayas pronto para conseguir una de ellas.
– Museo Rynek Underground: a cuatro metros de profundidad bajo la plaza del Mercado se encuentra este museo que hace un repaso por la historia de la Cracovia Medieval. Aquí, tienes que tener en cuenta que no hay información en español. El precio de entrada es de 32 eslotis (alrededor de 8 dólares).
– Iglesia de San Adalberto: en medio de la plaza del Mercado, sin seguir el camino del resto de edificios, se encuentra la iglesia de San Adalberto. Aunque ahora parece que cuenta con una ubicación extraña, la realidad es que esta construcción lleva aquí desde antes de la aparición de la plaza del Mercado, en la bifurcación de varias vías comerciales.
Además, aprovecha que estás en la plaza para ir a la cafetería Nowa Prowincja, donde sirven un chocolate caliente delicioso y perfecto para los días fríos de Cracovia.
A espaldas de la basílica de Santa María se encuentra la plaza de Maly Rynek, construida originalmente como un espacio auxiliar a la plaza del Mercado, en el que se vendían las mercancías con peor aspecto y olor, como la carne y el pescado. En la actualidad, los fines de semana de verano se realizan mercadillos en los que puedes encontrar un poco de todo, desde libros hasta comida típica.
A 4 minutos caminando hacia el este de esta plaza, puedes ir al número 43 de la calle Świętego Tomasza. En la azotea de su sexto piso hay un bar con unas vistas increíbles de la ciudad.
Otra de las calles que formaban parte del antiguo Camino Real es la de Florianska, que conecta la puerta de San Florián con la plaza del Mercado. Merece la pena recorrerla de arriba a abajo e ir fijándose bien en cada uno de los edificios, ya que esconden mucha historia, como el hotel más antiguo de la ciudad o la casa de Jan Matejko, el pintor más famoso de la historia de Polonia.
Uno de los edificios más impresionantes de Cracovia es esta construcción barroca que lleva el nombre de Juliusz Slowacki, uno de los poetas, dramaturgos y filósofos más famosos del romanticismo polaco. Desde finales del siglo XIX, aquí se han llevado a cabo numerosas actuaciones teatrales. Si te apetece verlo en vivo y en directo, puedes comprar una entrada en su página oficial.
La puerta de San Florián es la única que queda en pie de las ocho puertas y 39 torres que tenía la ciudad amurallada. Este era el punto de acceso principal a la urbe medieval y el punto en el que comenzaba el mencionado Camino Real. En la actualidad, es un punto de mucho movimiento, con exposiciones de artistas locales al aire libre y en el que disfrutar del ajetreo diario.
Saliendo del casco histórico por la puerta Florián te encontrarás con la Barbacana, una fortificación circular rodeada de un foso que fue creada para defender a la ciudad de la invasión otomana. Merece la pena dar un paseo alrededor de ella, que se encuentra muy bien conservada, y fijarse en los 130 huecos desde los que los polacos lanzaban sus flechas.
Antes de planificar tu visita, consulta si se encuentra abierta, ya que en el momento de escritura de este artículo se encontraba temporalmente cerrada.
Horario: de miércoles a domingo, de 10:00 a 18:00.
Precio: 16 eslotis (alrededor de 4 dólares).
La historia de los judíos en Cracovia es universalmente (y desgraciadamente) conocida. Antes de la llegada de los nazis, los judíos vivían en un barrio situado al sur del centro histórico, que te invitamos a recorrer para conocer sus diferentes sinagogas (por ejemplo, puedes visitar la de Remuh y su cementerio por 2,7 dólares), la plaza Nowy (prueba aquí la zapiekanka, versión polaca de la pizza) y la Basílica del Corpus Cristi. Después del desalojo nazi, este lugar quedó despoblado y fue reconstruido para el rodaje de la película La lista de Schindler. Es imprescindible visitar la calle Szeroka y el pasaje de La Lista de Schindler, escenarios principales del largometraje, donde encontrarás el monumento al Martirio y a Jan Karski, la primera persona en informar sobre la existencia de los campos de concentración.
Un poco más al sur y cruzando el río Vístula a través del puente del Padre Bernatek, llegarás al antiguo gueto judío, en el que los nazis encerraron a miles de judíos no solo de esta ciudad, sino también de otros países invadidos, y los sometieron a días y días de condiciones infrahumanas. Dentro del antiguo gueto hay muchos puntos que visitar, pero el más famoso es la fábrica de Oskar Schindler, un alemán que le salvó la vida a aproximadamente 1200 judíos.
Estos dos puntos de la ciudad tienen una historia terrorífica a sus espaldas que, sin duda, hay que conocer. Por eso, te recomendamos que contrates un tour específico para que te cuenten cómo fueron los días de los judíos de Cracovia bajo la ocupación nazi.
Desgraciadamente, el lugar más conocido de Cracovia es uno de los puntos más oscuros de la historia de la humanidad. Se trata de Auschwitz-Birkenau, el campo de exterminio nazi más famoso del mundo y en el que se calcula que fueron asesinados 1,1 millones de judíos. El recorrido este campo de concentración remueve y deja con un vacío inmenso, pero es una visita obligada para conocer el horror nazi, dar importancia a lo que hicieron y luchar por que no se vuelva a producir.
Para llegar a Auschwitz, puedes tomar un tren en el centro de Cracovia y en poco más de una hora estarás allí. El precio de la entrada con guía es de 110 eslotis (27,5 dólares). Auschwitz abre todos los días de 7:30 a 16:30. Si prefieres hacer una visita organizada desde Cracovia, te dejamos nuestro tour con todo incluido.
Una de los lugares más curiosos en los alrededores de Cracovia son sus las minas de sal de Wieliczka, que llevan funcionando desde el siglo XIII hasta el día de hoy, produciendo sal de mesa. Los turistas pueden hacer un recorrido de dos horas y media por este lugar, que se halla a 327 metros de profundidad, y en el que, además de la huella de los trabajadores, podrán ver esculturas de sal y bajorrelieves impresionantes y hasta una capilla y un lago subterráneo.
Puedes ir a las minas de sal por tu propia cuenta en bus (línea 304) o en tren (desde la estación Central) o contratar una excursión organizada. Si vas por tu propia cuenta, el precio de la entrada es de 126 eslotis (alrededor de 31,5 dólares).
Como en muchas otras ciudades del mundo, en Cracovia cuentan con la Krakow Card, una tarjeta turística que permite la entrada a más de 40 museos y monumentos y que da descuentos en algunos restaurantes y acceso ilimitado al transporte público (según la modalidad que elijas). Nuestra recomendación es que, cuando estés planificando tu viaje, hagas una lista de los lugares que sí o sí quieres visitar en esta ciudad y calcules si te merece la pena comprarla.
Polonia cuenta con un invierno muy duro en el que las temperaturas pueden alcanzar los -5 ºC, por lo que es aconsejable evitar esta época. El verano, por su parte, no es tan caluroso (sobrepasa los 20 ºC por poco) y tiene más horas de luz, así que es la época perfecta para conocer esta ciudad. Lo ideal es ir a Cracovia entre los meses de abril y octubre.
Cracovia no es muy grande, por lo que si te alojas en el centro histórico, seguramente no necesites tomar el transporte público. Si lo haces un poco más lejos, no tendrás problema en llegar a los puntos más turísticos en tranvía o en bus. El precio es muy económico y cuentan con billetes que puedes comprar por 24 horas o por más días, lo que más te convenga.
En Polonia se utiliza el esloti, una moneda cuyo tipo de cambio es de 0,25 dólares por cada esloti. En cuanto a los pagos, podrás pagar con tarjeta en prácticamente toda la ciudad, desde restaurantes hasta transporte público, pero, como siempre, te recomendamos llevar algo de efectivo siempre encima.
El idioma oficial de Cracovia es el polaco, pero, al ser una ciudad tan turística, no tendrás problema para comunicarte en inglés. Podrás encontrar guías para hacer algunos tours en español, pero los típicos carteles informativos están en polaco e inglés.
Al ser una ciudad no muy grande, podrás recorrerla en pocos días, pero como seguramente quieres conocer también Auschwitz-Birkenau y las minas de sal, resérvale entre 4 y 5 días a esta ciudad.
Tienes varias opciones para llegar del aeropuerto de Cracovia al centro de la ciudad. Aquí te dejamos información sobre los transportes públicos:
– Autobús: es la manera más económica de llegar al centro. El precio de los buses va desde los 4 eslotis (alrededor de un dólar) y hay tres opciones, la línea 209 y 300 (diurnas) y la 902 (nocturna). Deberás comprar el billete (en efectivo o con tarjeta) en una de las máquinas de la terminal o en la propia parada del autobús.
– Tren: el tren es la manera más rápida de llegar al centro de la ciudad, el trayecto dura tan solo 18 minutos. El precio es de 17 eslotis (alrededor de 4,25 dólares) y puedes comprar tu billete en las máquinas del aeropuerto, la estación de tren o al propio conductor. Además, puedes llevar a tu perro si viajas con él pagando un adicional de 3 eslotis (alrededor de 0,75 dólares).
Merece la pena quedarse en el Stare miasto, ya que aquí se encuentran los principales atractivos turísticos de la ciudad, pero si quieres alejarte un poco del centro e intentar conseguir un alojamiento más barato, puedes buscar en Kazimierz, el antiguo barrio judío.
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