Foto Portada: bitacorademichile.blogspot.com
Puede que la mayoría de santiaguinos no sean conscientes de las grandes posibilidades en andinismo que tienen muy cerca de casa. Además de las excursiones de un día a cimas interesantes, la Cordillera esconde la posibilidad de hacer una expedición maravillosa. Un imponente cerro que asciende hasta casi 5.500 metros y pone a prueba la resistencia física y mental de los montañistas durante 4 días.
Apu Wamani, el Guar
A día de hoy, El Plomo sigue siendo una referencia clave, no sólo por ser el punto más alto visible desde Santiago (cuando el smog lo permite), sino porque nutre con agua al principal río de la capital: el río Mapocho. Su imponente altura y belleza, con el característico glaciar Iver en su ladera sur que le da un brillo misterioso a su cima, ha supuesto un reto de lo más atractivo para los andinistas chilenos. En 1896 se tiene constancia de la primera ascensión completada, aunque probablemente se coronó la cima mucho antes.
Día 1:
Para empezar este gran trek de alta montaña hay que trasladarse hasta la estación de esquí de Valle Nevado, punto desde donde se inicia el trekking hasta el primer campamento. A pesar de que El Plomo no tiene demasiada dificultad técnica y es uno de los cincomiles más accesibles de Chile, no deja de ser una excursión a tomarse seriamente. Una buena opción es contratar la expedición de una manera más segura y profesional: con un guía y con el apoyo de mulas para el transporte de todo el equipo necesario. La primera noche se acostumbra a pasar en un lugar llamado “Piedra Numerada”, a 3.384 metros, en un entorno espectacular abrazado por las montañas.
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Día 2:
Continuar la ascensión hasta el Refugio Federación, con el apoyo de mulas si has contratado la expedición. A más de 4.000 metros es bueno tomarse este día con más calma ya que es importante la aclimatación personal. Este cerro es famoso por la enfermedad de altura o “puna” que, en la mayoría de los casos, se da por no respetar los tiempos de aclimatación o por desconocimiento de la montaña. La altitud provoca que haya menos oxígeno en el aire y esto puede acarrear problemas a los andinistas si no se cumple con el protocolo adecuado.
Día 3:
El gran día. Es importante madrugar (se recomienda salir a las 6:00 am) para partir rumbo a la cumbre. Si andas a un ritmo moderado, hacia las 11:00 de la mañana habrás alcanzado la cumbre del Cerro El Plomo. Respira hondo y tómate tu tiempo, desde allá puedes disfrutar de una de las mejores panorámicas de los Andes centrales. Con esa espectacular imagen en la retina, debes volver al Refugio Federación, donde dormiste la noche anterior, para disfrutar de un merecido descanso. Es una buena opción dejar parte de tu equipo en este refugio para hacer la ascensión a la cima de la forma más ligera posible. Recuerda que a esta altitud, te cansarás más de lo habitual.
Día 4:
Con la cima conquistada, sólo te falta iniciar el descenso Valle Nevado, y saborear las vistas a las que antes dabas la espalda. Finalizarás tu ruta hacia las 16:00 si te has puesto a caminar a las 8:00 y, apostamos que con una sonrisa en los labios por haber descubierto este tesoro tan cercano y oculto. Una aventura que recordarás toda la vida.
Entre noviembre y marzo es la mejor época para realizar esta ascensión ¡aún estás a tiempo! Si te atreves con este reto, el portal de actividades Denomades.com te ofrece la posibilidad de contratar una expedición completa. Aquí puedes ver más información sobre el ascenso al Cerro El Plomo.
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