A orillas del Caribe colombiano se encuentra la ciudad de Santa Marta, un lugar muy interesante turísticamente hablando ya que es el punto de partida para visitar destinos como la Ciudad Perdida, el parque Tayrona o pueblos de la Sierra Nevada como Minca.
Santa Marta es la tierra del vallenato y de cantantes tan famosos como Carlos Vives, por lo que, al pasear por sus calles, te toparás continuamente con los ritmos colombianos acompañándote. Para sentir como si estuvieras adentrándote en esta ciudad, te animo a ponerte esta música de fondo mientras disfrutas de esta guía por el norte de Colombia. ¡Allá vamos!
A no ser que planees viajar durante mucho tiempo a Colombia, seguramente tu visita a Santa Marta será corta y tendrá el objetivo principal de visitar los atractivos turísticos que la rodean. Por eso, aquí te voy a dejar algunos puntos que puedes conocer en tus pocos días (o incluso horas) en la ciudad. El centro histórico y la zona del malecón son los lugares protagonistas de esta guía. No tienen mucha extensión, por lo que podrás conocerlos a pie y en poco tiempo.
Si llegas por la tarde a Santa Marta y preguntas a la gente local a dónde ir, seguramente te manden al parque de los Novios. Allí encontrarás tanto a turistas como a vecinos de Santa Marta pasando el día, especialmente cuando empieza a caer el sol.
Aquí encontrarás diferentes bares y restaurantes, pero no te limites a quedarte en la plaza, pasea por las calles de alrededor, como las 19 y la 20 y la carrera 3, donde hay una gran variedad de locales que se llenan de vida durante la noche, en los que podrás cenar, tomar algo y disfrutar de música en directo.
Otro de los parques principales de Santa Marta es el parque Bolívar. Se encuentra más cerca de la costa, por lo que puedes visitarlo durante un día de playa o de paseo por el malecón. En el parque Bolívar se encuentra la plaza más importante de la ciudad, por lo que tiene mucho movimiento, con gente que descansa en sus bancos, vendedores ambulantes de comida (es un buen lugar para probar algo de la gastronomía colombiana) e incluso puestos en los que comprar algún recuerdo de la ciudad.
Aunque en un principio se llamaba Plaza de Armas, como muchas otras plazas principales de las ciudades latinoamericanas, cambió su nombre a parque Bolívar porque en uno de sus edificios, la Casa de la Aduana, se veló el cadáver de Simón Bolívar, el gran líder de la independencia no solo de Colombia, sino también de muchos otros países latinoamericanos.
Junto con el parque de los Novios, el parque Bolívar es uno de los puntos de referencia para los atractivos turísticos de los que vamos a hablar a continuación.
En la ya mencionada Casa de la Aduana se encuentra el Museo del Oro Tairona. Si tu viaje a Santa Marta es antes que tu visita a Bogotá, este será un preludio de lo que encontrarás en la galería del mismo nombre de la capital colombiana.
Si, por el contrario, tu visita a Bogotá es anterior a tu viaje a Santa Marta, no importa que ya hayas visitado el principal Museo del Oro del país, es imprescindible que también dediques un par de horas a este lugar, ya que aprenderás mucho sobre el arte de esta región.
En este caso, la exposición hace hincapié en la artesanía creada por los habitantes de Sierra Nevada, donde viven hasta el día de hoy diferentes comunidades indígenas. De ahí recibe su nombre, Tairona, un grupo indígena que habitaba en las faldas de la Sierra Nevada durante la época precolombina. En las salas de este museo encontrarás diferentes piezas de cerámica, joyas y, por supuesto, artículos de oro.
Horario: de martes a sábado, de 9:00 a 17:00, y domingos de 10:00 a 15:00.
Precio: entrada gratuita.
A mitad de camino entre el parque de los Novios y el parque Bolívar se encuentra la Catedral Basílica de Santa Marta, una de las edificaciones más destacables de la ciudad. Durante muchos años, aquí permaneció el cuerpo de Simón Bolívar, concretamente en la bóveda del templo, pero después fue repatriado a Venezuela, donde se encuentra actualmente. Quien sí permanece enterrado en este lugar es Rodrigo de Bastidas, fundador de Santa Marta.
La construcción, de estilo renacentista, llama la atención por su blanco impoluto. Seguro que te la encuentras en tus paseos por Santa Marta, así que, además de verla por fuera, no dudes en entrar para conocer también su interior, igual de blanco y sobrio.
El calor de Santa Marta se combate a la perfección dando un paseo al atardecer por el malecón, también conocido como Paseo Bastidas. En este recorrido a orillas del mar encontrarás diferentes puestos de jugos de fruta y de algún que otro picoteo. Además, caminarás al lado de la playa Bastidas que, aunque no es la más bonita de toda la zona, sirve perfectamente para darte un chapuzón y refrescarte durante un rato.
Tanto el malecón como la playa son un punto de encuentro para los lugareños, así que, si te gusta compartir con la gente local, este es tu sitio.
Cuando pregunté qué visitar en Santa Marta a diferentes colombianos que me fui encontrando en el camino, muchos de ellos me hablaron de la playa El Rodadero. Este lugar se encuentra a las afueras del centro histórico y es el favorito para alojarse entre una gran parte de los colombianos que visitan la ciudad. Se trata de una zona más moderna, con diferentes bares y restaurantes, pero que no destacaría especialmente por su playa, ya que es bastante normal.
Si tienes varios días en la ciudad y te apetece conocer algo nuevo, puedes llegar a la playa El Rodadero desde el centro de Santa Marta en uno de los diversos autobuses públicos de la ciudad.
¿Cómo te imaginas una hacienda colombiana del siglo XVII? A las afueras de Cartagena se encuentra la Quinta de San Pedro Alejandrino, un lugar que fue utilizado para la producción de miel, ron y panela, pero que es muy conocido también porque es donde pasó sus últimos días y falleció Simón Bolívar. Si visitas este lugar, no solo recorrerás la histórica casona, sino también sus alrededores, donde se encuentra el jardín botánico y el Museo Bolivariano.
Horario: de lunes a domingo, de 9:30 a 16:30 o 17:30 (varía según la época del año, por lo que te recomiendo consultar su web antes de visitarla).
Precio: entrada general para extranjeros, 23 000 pesos colombianos (alrededor de 6 dólares). Entrada general para residentes, 17 000 pesos colombianos (alrededor de 4,5 dólares).
Como he contado al principio del artículo, Santa Marta es el punto de partida de varios lugares muy interesantes de Colombia, desde playas paradisíacas hasta ciudades perdidas de culturas antiquísimas. Aquí te voy a contar los lugares que visité en mi paso por esta zona del norte de Colombia y te dejo algunos consejos que te ayudarán a organizar tu visita.
Empezamos el recorrido por la costa con Taganga, un corregimiento que pertenece a Santa Marta y al que puedes llegar tomando un taxi en la ciudad. Estuve en este pequeño pueblo de pescadores tres días y me pareció muy acogedor. Aunque puedes hacer un viaje de ida y vuelta en un día desde Santa Marta, te recomiendo quedarte al menos una noche para poder disfrutarlo más.
Uno de los planes que más me gustó en Taganga fue tomar un barco para llegar hasta las playas y caletas de alrededor. Te dejan en una playa bastante concurrida, pero mi recomendación es que indagues más allá. Nosotras llegamos a una caleta de pescadores en la que compartimos un rato con ellos, jugamos al dominó e hicimos esnórquel. Compartir con la gente local siempre es una gran experiencia.
Además, en Taganga hay varias escuelas de buceo, por lo que si te gusta este deporte o si te apetece probarlo, este es un buen lugar. En esta ocasión, yo no me animé a sumergirme en las profundidades caribeñas, pero una de mis amigas sí. Lo hizo con la escuela Oceano Scuba Dive Center y tuvo una experiencia muy buena.
El Parque nacional Natural Tayrona es uno de los atractivos turísticos más visitados de Colombia. Hasta aquí llegan diariamente cientos de turistas nacionales y extranjeros para conocer sus playas y la increíble fauna que las rodea.
Mi primera visita al parque Tayrona fue de ida y vuelta desde Cartagena de Indias y, aunque estuve apenas unas horas, sus paisajes se me quedaron grabados y prometí que volvería para pasar más tiempo en este destino. Así, unos años después volví a este lugar, pero no hice la ruta más común, que es desde la entrada de Zaino, sino que ingresé en el parque por Calabazo, un acceso menos común.
Llegué de noche a las puertas del parque, por lo que me alojé en uno de los diversos hoteles de la zona llamado Neyumun. No sé si fue por la fecha (mediados de febrero), pero el alojamiento estaba prácticamente vacío y pude disfrutar de un baño nocturno y mañanero en la piscina completamente sola. Una experiencia única para prepararme antes de adentrarme en el Tayrona.
A la mañana siguiente, dejé mi maleta en el alojamiento (totalmente recomendable si llevas mucho equipaje) y me encontré con una conocida en la entrada de Calabazo. Aquí tienes que pagar la entrada y tienes que llevar efectivo, ya que te cobran un seguro que no puedes pagar con tarjeta. Desde este punto empieza un recorrido que te llevará hasta playa Brava, de entre 2:30 y 3:00 horas, con varias subidas y bajadas. Se trata de un sendero no apto para carritos de bebé y personas que no tengan una buena condición física. Al ser un trayecto largo, tampoco te recomiendo que vayas con mucho peso en la mochila. El paisaje es precioso y pasarás al lado de un poblado indígena, que todavía cuenta con comunidades que lo habitan.
Una vez que llegues a playa Brava, puedes elegir entre alojarte en una de las cabañas o dormir en una hamaca al aire libre. Además, hay un pequeño chiringuito en el que puedes comer y comprar bebidas de todo tipo, por si quieres ahorrarte algo de peso en tu equipaje. Al ser un acceso más complicado, llega muchísima menos gente a este lugar y, sin duda, es para mí la parte más mágica de todo el parque. Los días de playa y montaña y las noches estrelladas te dejarán un recuerdo único.
El segundo día hicimos el tramo desde playa Brava hasta Cabo San Juan, donde se encuentra la playa más famosa y concurrida del Tayrona. Este recorrido me pareció bastante más complicado que el del primer día, quizá porque no cené y desayuné bien y mi cuerpo lo sintió, así que te recomiendo que te preocupes por alimentarte bien para esta caminata. En las tres horas que dura la travesía, recorrerás una naturaleza impresionante y, justo antes de llegar a Cabo San Juan, pasarás por una playa nudista. Si tu intención es hacer noche en Cabo San Juan, te recomiendo salir temprano de playa Brava o reservar tu tienda de campaña con tiempo, ya que las plazas se acaban rápido. Además, aquí también tienes la opción de dormir en una hamaca.
Por último, el tercer día en el Tayrona hicimos el recorrido para abandonar el parque por la salida de Zaino. Este tramo es mucho menos complicado que los anteriores y esto se nota en la cantidad de gente que te encontrarás en el camino. El tiempo que tardarás en llegar a Zaino dependerá mucho de la cantidad de paradas que hagas en las playas que te vas a ir encontrando. Para que te hagas una idea, el recorrido suele durar alrededor de una hora y media sin paradas largas. Cuando llegas a la carretera, puedes tomar un bus hasta la salida o hacerlo andando. Si notas que el cansancio te puede, te recomiendo coger el bus, ya que este tramo por el asfalto no tiene nada interesante al lado de lo que viste en los días previos.
Después de contarte toda mi aventura, entiendo que te apetezca un plan más tranquilo, en el que no haya que atravesar kilómetros de selva y que se limite a llegar a la playa y pasar horas entre el mar y la arena. Si este es tu caso, te recomiendo mirar las diversas excursiones que hay en Denomades para visitar diferentes puntos del parque Tayrona. Irás con todo organizado y tu objetivo será simplemente disfrutar.
Este último dato que te voy a dejar sobre el Tayrona es muy importante. Hay mucha gente que viaja a Colombia con el objetivo de visitar el parque y se encuentra con que está cerrado. Durante tres meses del año (febrero, junio y octubre), se lleva a cabo la campaña Respira Tayrona, por el que el parque cierra por 15 días para permitir la renovación de la naturaleza, las playas, los ecosistemas y las especies que conforman este lugar tan precioso. Así que, cuando estés planeando tu viaje, consulta las fechas exactas de cierre del año y configura tus visitas en torno a eso.
Uno de los lugares que más me gustó del norte de Colombia y en el que más disfruté es Palomino, un pueblo pequeño y costero que se podría definir como el más hippie de toda la zona. Aunque hasta aquí llegan turistas (muchos menos que a otras zonas), también hay mucha gente local y el ambiente que se respira es de hermandad y buen rollo.
Aquí, no te limites a quedarte en la playa que está junto al pueblo, más concurrida. Sigue caminando, atraviesa el río Palomino y te encontrarás con una playa mucho más extensa y totalmente solitaria. Este es el verdadero paraíso, poca gente, cocos que caen de los árboles y que los locales te ayudan a abrir y palmeras como compañeras. Te sentirás como en una película.
Si quieres hacer algo diferente, una de las actividades principales de Palomino es el tubing, que consiste en descender el río Palomino sobre unos flotadores. Aunque en las agencias te aseguran que es la típica excursión en la que descargarás mucha adrenalina, la realidad es que esto depende muchísimo del río. Si la corriente va suave, como fue en mi caso, se convertirá en una actividad de paz, tranquilidad y descanso, en la que recorrerás el río con calma y disfrutando del paisaje y la naturaleza que lo rodean.
Pasamos de la costa a la sierra para visitar Minca, un pueblo de montaña situado a menos de una hora en coche de Santa Marta. Para llegar hasta aquí puedes tomar un bus o, como hice yo, un taxi que, si vas con más personas, te saldrá bien de precio y te resultará más cómodo.
Este destino es perfecto para los amantes de la naturaleza. Además de diferentes caminatas, como la que te lleva a las cascadas de Marinka, puedes hacer una excursión a una finca de café y de cacao, en la que te explican todo el proceso de estos productos, desde la siembra hasta su crecimiento y elaboración para el consumo.
Para comer y tomar algo, tengo tres recomendaciones: los restaurantes Duni Café, con muchas opciones veganas, y Marhaba, de comida libanesa, y el bar Feeling Minca, con diferentes cócteles entre los que destacan sus mojitos de diversos sabores.
Si te gustan las caminatas de varios días, no te pierdas la Ciudad Perdida, a la que puedes llegar en cuatro o cinco días (ida y vuelta). Sin duda, es el mejor trekking que he hecho en mi vida. Llevaba ya varias semanas en Colombia en las que no paré de caminar día tras día y contaba con buena condición física, lo que ayudó mucho a que disfrutara el recorrido, pero, además, la excursión estaba perfectamente organizada; las noches las pasas en campamentos con camas en las que puedes descansar bien para el próximo tramo, las comidas que preparan están deliciosas (cuentan con opción vegetariana) y durante cada trayecto diario vas encontrando puntos de hidratación, en los que te dan bebida y alguna fruta refrescante como sandía.
Es una ruta que puede resultar dura, ya que recorres algo más de 45 kilómetros en cuatro o cinco días, pero estoy segura de que se quedará en tu memoria para siempre. Irás por plena selva colombiana, te cruzarás con indígenas que viven en la zona y podrás ver sus casas, te bañarás en cascadas y ríos, verás diferentes tipos de animales e insectos, conocerás a un «sabio» de una de las tribus de la zona… En definitiva, una experiencia única que no podrás vivir en otro lugar.
A la hora de elegir cuándo visitar Santa Marta, debes tener en cuenta también qué lugares de los alrededores quieres conocer. Por ejemplo, si quieres ir al Tayrona, debes tener en cuenta los cierres de los que te he hablado anteriormente y si quieres hacer el trekking a la Ciudad Perdida, consulta cuándo es la época de lluvia.
Por lo general, cualquier época es buena para visitar la ciudad de Santa Marta, pero lo más recomendable es hacerlo entre los meses de diciembre y abril.
La ciudad de Santa Marta no es muy grande, por lo que no tendrás problema para recorrer a pie los principales atractivos turísticos. Si vas a visitar puntos más alejados o quieres visitar los destinos cercanos de los que te he hablado anteriormente, puedes llegar hasta ellos sin problema en bus o en taxi, hay muchos por toda la ciudad.
La moneda de Colombia es el peso colombiano, cuyo cambio es de aproximadamente 4000 pesos por cada dólar. Aunque muchos comercios y restaurantes aceptan los pagos con tarjeta, te recomendamos llevar siempre en efectivo para, por ejemplo, poder disfrutar de una arepa deliciosa o comprar alguna pulsera en los puestos callejeros.
La ciudad de Santa Marta, en sí, se puede visitar en un día y conocer en unas horas los principales atractivos turísticos. Para calcular el tiempo total que estarás por esta zona de Colombia, te recomiendo tomar papel y boli, apuntar los destinos que te gustaría explorar de todos los que te he contado y las diferentes opciones que tienes en cada uno de ellos y así ver cuánto tiempo necesitas para dedicar a esta región.
Aunque puedes llegar al centro de Santa Marta en un autobús público, nuestra recomendación es que tomes un taxi. El bus es más barato, pero mucho más lento, el taxi, por su parte, no resulta para nada caro y llegarás en tan solo 30 minutos al centro. Recuerda tomar un taxi oficial y evitar los conocidos como «piratas».
Como te he contado anteriormente, muchas personas eligen la zona de El Rodadero para alojarse por ser más moderna, pero mi recomendación es que te quedes en el centro histórico, aquí tendrás todo a mano, tanto los atractivos turísticos más importantes como el transporte público para llegar a puntos más alejados.
Cuando viajé por Colombia lo hice en solitario (aunque fui conociendo gente de la que me acompañé en el camino) y no tuve ningún problema. Mi consejo, como siempre, es que estés siempre pendiente de los lugares que vas a visitar, no te salgas mucho de las zonas más turísticas y no tomes taxis o buses que no sean oficiales. Con eso, podrás disfrutar de Colombia sin ningún contratiempo.
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