Marruecos

Guía práctica para viajar a Marrakech: qué hacer, qué ver y mucho más

A tan solo unos kilómetros de España se encuentra Marruecos, un país que merece la pena incluir en tu itinerario si vas a hacer un viaje por Europa o si estás buscando un destino diferente que visitar. La ciudad de Marrakech es la elegida por muchos turistas para adentrarse en este país por primera vez o como punto de partida para descubrir otras perlas marroquíes como el desierto de Merzouga.

Marrakech es una mezcla de caos y encanto, una ciudad en la que las calles están siempre en movimiento, con el zoco y la plaza de Jamaa el Fna como protagonistas de la vida diaria y con un montón de rincones escondidos en sus enrevesadas calles en los que podrás disfrutar de un té o de un couscous delicioso.

Si te llama la atención este destino, aquí te vamos a contar algunos de los lugares esenciales y otros no tan conocidos que tienes que añadir a tu itinerario.


¿Qué ver y hacer en Marrakech?

Plaza Jamaa el Fna

Jamaa el Fna es el centro neurálgico de Marrakech. Es una plaza enorme en la que encontrarás de todo, desde puestos callejeros en los que disfrutar de la comida local hasta señores con serpientes y monos que te perseguirán para hacerte una fotografía con estos animales.

En tu visita a Marrakech, pasarás por esta plaza un sinfín de veces, ya que hay que cruzarla para llegar a diferentes puntos de la ciudad. Si no es así, haz por visitarla en diferentes momentos del día y de la noche, ya que la plaza va cambiando y transformándose según pasan las horas.

Además de dedicar buen tiempo a pasear por ella y a sorprenderte con la gran variedad de curiosidades que aquí encontrarás, te recomiendo que uno de los atardeceres en la ciudad lo pases en una de las azoteas de la plaza, no solo por las vistas del atardecer, sino también por ver cómo Jamaa el Fna va cambiando según cae la noche, cómo se va iluminando y cómo van apareciendo los puestos de comida callejera. Una opción muy buena para este momento es Le grand balcon du café glacier.

Zoco

En todas las ciudades árabes encontrarás un zoco, ya que esta palabra viene del árabe سوق (suq) y significa mercado. El zoco de Marrakech tiene más de ocho siglos de historia. Hasta aquí llegaban las tribus del desierto, donde descansaban, vendían sus mercaderías y tomaban té. Se juntaban según su gremio y así ha permanecido hasta la actualidad, con las tiendas separadas según lo que se venda en ellas. Así, encontrarás el zoco de los tinteros, el zoco de las lámparas, el zoco de la seda y el algodón…

Para adentrarte en el zoco de Marrakech, tienes que tener claro que el tiempo que pases aquí lo vas a hacer regateando precios y diciendo que no mil veces a sus ofertas. El zoco es de esos lugares en los que los vendedores te persiguen para intentar venderte algo y no te van a soltar hasta que no lo consigan. Aunque para algunas personas puede resultar pesado, también puede convertirse en una experiencia inolvidable. Mi caso es el segundo, ya que aquí conocimos a dos vendedores bereberes que nos invitaron a su casa a las afueras de la ciudad y nos prepararon la cena. Los marroquíes son tremendamente hospitalarios y amables y adentrarse en su día a día es una experiencia impagable.

Además, prepárate para enamorarte de mil objetos en este lugar. Los platos, las teteras, los colgantes, las lámparas, los bolsos, las especias… Te vas a querer llevar de todo a casa, así que ve con hueco en la maleta.

Hamam

Una experiencia única en Marruecos es ir a un hamam. Los marroquíes tienen unos espacios comunes a los que acuden a bañarse y de los que saldrás como si hubieras pasado por un túnel de lavado. Están los hamames tradicionales, en los que solo encontrarás gente local, y los adaptados a turistas. Lo curioso de estos lugares es que hay una persona que, literalmente, te baña. Si vas a uno turístico (como es mi caso), te tumbarán en el suelo y te limpiarán de arriba a abajo con una esponja de crin que te quitará toda la mugre de la piel. Te vas a sorprender de la cantidad de suciedad que sale.

Mezquita Koutoubia

Si hiciéramos un skyline de Marrakech, el minarete de la mezquita de Koutoubia tiene que estar sí o sí en él. Con sus 66 metros de altura, es uno de los edificios más llamativos de la ciudad. En cuanto a la mezquita, aunque hay muchas en todo Marrakech, esta es la más importante y una de las más grandes no solo del país, sino de todo el mundo árabe.

Como ocurre con la mayoría de las mezquitas, está prohibido el acceso a no musulmanes, pero te recomendamos de todas maneras acercarte a la zona, sobre todo durante las horas de rezo, y ver de cerca cómo viven los marroquíes la religión, cómo rezan allá donde les pille la llamada a la oración y cómo se preparan para este momento.

Madrasa de Ben Youssef

Para quienes no han visitado nunca un país árabe, quizá la palabra «madrasa» no es familiar, pero una vez que pisas uno de ellos, la verás por todos los lados. Madrasa quiere decir escuela, de cualquiera de los niveles, aunque en Occidente muchas veces se refieren con este nombre solo a las escuelas superiores en las que se enseñan estudios religiosos.

La madrasa de Ben Youssef de Marrakech es la más grande de todo el país y se encuentra junto a la mezquita del mismo nombre. En este caso, sí es un espacio que se construyó para estudiar el islam. Sus 130 habitaciones tenían espacio para 900 estudiantes. Se fundó en el siglo XIV y funcionó como espacio para estudiar el Corán durante casi cinco siglos. En la actualidad es un museo y una visita obligada en tu viaje a Marrakech, ya que cuenta con una arquitectura increíble islámica y es un lugar en el que aprenderás mucho sobre la cultura del país y sobre la importancia de la religión en la vida de los marroquíes.

Horario: todos los días, de 8:30 a 16:30. 

Precio: 50 dirhams (alrededor de 5 dólares) 

Cúpula almorávide

Cuando paseas por Marrakech, vas descubriendo edificios llamativos, todos ellos con mucha historia detrás. Uno de ellos es la cúpula almorávide, un edificio del siglo XII que se utilizaba como lavatorio de los fieles, antes de su visita a la mezquita de Ben Youssef, que se encuentra al lado. Esta construcción es la única representación del arte almorávide en toda la ciudad.

Horario: de lunes a viernes de 8:30 a 18:00.

Precio: 10 dírhams (1 dólar aproximadamente). Además, hay un tíquet que incluye la entrada a la madrasa, la cúpula y el museo de Marrakech.

Museos de Marrakech

Al lado de la cúpula almorávide y de la madrasa de Ben Youssef se encuentra el museo de Marrakech, cuya entrada, como hemos especificado más arriba, está incluida en el tiquet combinado de estas edificaciones. En este museo hay una colección de arte marroquí, pero lo más impresionante es la arquitectura islámica de su interior. Lo mismo ocurreo con el museo Dar Si Said, el más antiguo de la ciudad, con exposiciones interesantes, pero en el que destaca su arquitectura. 

Por otro lado, un museo menos conocido de la ciudad es la Casa de la Fotografía, que recoge exposiciones a lo largo del año, todas ellas siempre con un componente social, histórico y folclórico, además de una gran variedad de fotografías antiguas de la ciudad.

Curtidores de Marrakech

En Marruecos es muy común el trabajo con piel. A lo largo del país encontrarás bolsos, carteras y demás artículos hechos de piel. En Marrakech, puedes visitar el lugar en el que trabajan los curtidores para conocer cómo es el proceso de fabricación. La realidad es que es un trabajo muy duro, con exposición a muchos productos químicos y con muchas horas de pie. El precio tan bajo de los artículos de piel del zoco lleva detrás una mano de obra muy barata.

Con esto en mente, si quieres vistar a los curtidores de Marrakech, puedes hacerlo con una visita organizada o por tu propia cuenta. Si eliges la segunda opción, tienes que ir a la puerta de Bab el Debbagh, donde empieza la zona de los curtidores. El olor aquí es muy fuerte, así que intenta llevar algo que puedas oler de vez en cuando para contrarrestar.

Además, debes saber que en las inmediaciones de las curtiturías hay mucha gente que te ofrecerá llevarte de manera gratuita, pero que al final te pedirá dinero, así que, si quieres que te acompañen, no dudes en hacerlo y prepara algo de propina para darles al final.

Muralla de Marrakech

A lo largo de tus paseos por Marrakech irás tocándote con su gran muralla de más de 15 kilómetros que rodea la medina. Hecha de arcilla y adobe y con alrededor de 10 metros de altura, cuenta con 10 puertas impresionantes entre las que destaca la de Bab Agnaou.

Palacio El Badi

Fotografía por David Stanley

Los palacios marroquíes tienen esa magia de la arquitectura árabe que te deja con la boca abierta. El palacio El Badi fue construido en el siglo XVI para celebrar la victoria sobre los portugueses. En la actualidad, la grandeza del palacio ha quedado reducida a ruinas, pero sin duda es un lugar que merece la pena visitar, para imaginar cómo fue este lugar durante sus momentos más hegemónicos.

Horario: de lunes a domingo, de 9:00 a 17:00.

Precio: entrada general, 70 dírhams (alrededor de 7 dólares).

Palacio de la Bahía

Siguiendo con los palacios, a unos 10 minutos andando de El Badi se encuentra el de la Bahía, una construcción realizada en el siglo XIX con un ambicioso objetivo: ser el palacio más impresionante de la historia. La grandeza del palacío se fue tan rápido como murió su dueño, el visir Abu Bou Ahmed. Tras su fallecimiento, todos los que aquí vivían, incluídas sus esposas, abandonaron el lugar llevándose todos los objetos de valor que encontraron a su paso.

Así, en la actualidad, el palacio está completamente vacío, pero permanece la arquitectura del edificio, con un total de 150 habitaciones y su espacio más famoso, el harén de las 4 esposas y las 24 concubinas.

Horario: de lunes a domingo, de 9:00 a 17:00.

Precio: a partir de 10 dírhams (alrededor de un dólar).

Jardín secreto de la medina

Cuando paseas por las calles de Marrakech, es difícil imaginarse que en alguno de sus recovecos vas a poder disfrutar de un espacio verde con palmeras y tortugas. Pero como he dicho más arriba, la magia de esta ciudad está en ir descubriendo esos rincones ocultos. Uno de ellos es el Jardín Secreto, situado en plena medina, a tan solo unos pasos de la madrasa y la mezquita de Ben Youssef.

El origen de este jardín se remonta al siglo XVI, cuando se creó, pero fue destruido un siglo después. En el siglo XIX volvió a habilitarse como, según dicen, parte de la casa del gobernador de la ciudad, pero en 1934 cayó de nuevo en el olvido. Después de años abandonado, este lugar fue reconstruido y abierto de nuevo en 2016. Además, cuenta con una torre a la que puedes subir para ver el jardín desde arriba. Quienes lo visitan confirman que no es fácil encontrarlo, pero que merece la pena la búsqueda.

Horario: de lunes a domingo, de 9:30 a 18:30.

Precio: 100 dírhams acceso general, 30 dírhams acceso a la torre (alrededor de 10 y 3 dólares respectivamente).

Jardines Majorelle

Seguimos adentrándonos en los jardines de Marrakech, pero esta vez lo hacemos fuera de la medina, en los jardines Majorelle, considerados por muchos como los más bonitos de la ciudad. Fueron creados en el año 1924 por Jaques Majorelle, un pintor francés que los utilizó en un inicio como fuente de inspiración para su trabajo. En 1980 pasaron a manos del archiconocido diseñador de moda Yves Saint Laurent y de su pareja Pierre Bergé, quienes lo salvaron de la destrucción.

En la actualidad, los turistas llegan hasta este jardín atraídos por el bello contraste que hacen sus edificaciones azules eléctricas junto con el verde de las plantas traídas desde todas partes del mundo. Además, cuentan con un museo de arte islámico en el que podrás conocer más de la historia del país y de la pareja Saint Laurent-Bergé.

Horario: todos los días, de 8:30 a 18:00.

Precio: 155 dírhams entrada general (alrededor de 15,5 euros).

Jardines de la Menara

Si buscas un lugar en el que disfrutar del atardecer, tienes que marcar en tu mapa los jardines de la Menara. Creados sobre un antiguo estanque almohade, la mezcla del agua, con los olivos y con la cordillera del Atlas de fondo, este lugar es el elegido por muchas familias y parejas para ver la caída del sol.

Estos jardines se encuentran un poco apartados de la ciudad y al lado del aeropuerto de Marrakech, por lo que una buena opción es, si no vas con mucho equipaje, aprovechar la ida o la vuelta del aeropuerto para hacer una parada y conocerlos.

Tumbas Saadíes

Otro de los rincones escondidos entre los muros de la ciudad de Marrakech son las tumbas saadíes, descubiertas y abiertas al público en el año 1917. En total, aquí hay más de 100 tumbas en las que descansan los restos de sirvientes y guerreros de la dinastía saadí (siglos XVI y XVII). El mausoleo principal está ocupado por las tumbas de Ahmad al-Mansur y su familia.

Horario: todos los días, de 9:00 a 16:00.

Precio: 70 dírhams (alrededor de 7 dólares).

Mellah o antiguo barrio judío

Mella es el término que utilizan los árabes para referirse lo que en español denominamos como juderías, aquellos barrios en los que vivían única y exclusivamente judío. En Marruecos, Fez fue la primera ciudad en contar con una mellah, en el año 1438, mientras que en Marrakech se estableció la segunda mellah del país en la segunda mitad del siglo XVI.

En la actualidad, la mellah de Marrakech es un barrio normal que todavía conserva algunos resquicios de la época judía, como sus dos sinagogas y su cementerio, en el que se puede apreciar la importancia que tuvo esta población en el país. Además, por aquí se encuentra el zoco de las especias, un fotogénico lugar en el que comprar especias de todo tipo.

Palmeral de Marrakech

A las afueras de Marrakech, los más aventureros tienen un lugar en el que descargar adrenalina. Se trata del palmeral de Marrakech, un espacio desértico, de 13 000 hectáreas y en el que hay plantadas más de 100 000 palmeras. ¿Y qué se puede hacer aquí que descargue adrenalina? Subirte a un quad para recorrerlo, pasando por aldeas y ríos secos y con la cordillera del Atlas como acompañante.

Dónde comer en Marrakech

Prepárate para un viaje gastronómico diferente. La cocina marroquí es conocida por el uso de especias, por lo que cada bocado llenará tu paladar de sabores que nunca antes habías probado. La ciudad está llena de restaurantes y de puestos callejeros, como los de la plaza de Jamaa el Fna. Aquí te dejo algunos, para que puedas apuntarlos en tu lista. 

Chez Omar Sandwich Mixte

Justo al lado de Jamaa el Fna se encuentra este puestecito con comida callejera en el que puedes probar diferentes sándwiches y brochetas al mas puro estilo marroquí. La calidad de su comida la marcan la gran cantidad de gente local que acude aquí a comer.

La Cantine des Gazelles

El couscous es el plato más conocido de la comida marroquí y un obligatorio en tu viaje a Marrakech. Aunque personalmente me gusta visitar sitios más locales y La Cantine des Gazelles está bastante enfocado a turistas, merece la pena que pruebes el couscous de aquí.

Chez Lamine Hadj Mustapha

Este lugar está especializado en tangia, un guiso de carne típico de la comida marroquí, pero también es perfecto para probar el cordero, indispensable en tu ruta gastronómica por esta ciudad. Pero el dato curioso de este restaurante es que, según dicen, el dueño era cocinero del rey Hassan II.

Qué ver cerca de Marrakech: excursiones de uno o más días

Playa, desierto, cascadas… ¿Qué te apetece ver después de tu visita a Marrakech? Piénsalo, porque tienes opciones para todos los gustos. Aquí te dejo algunas ideas de las excursiones de uno o más días que puedes hacer desde esta ciudad marroquí.

Cascadas de Ouzoud

A 150 kilómetros al este de Marrakech y en lo alto del Atlas Medio, la cadena montañosa que se extiende a lo largo de Marruecos, se encuentran las cascadas de Ouzoud, con una caída de agua de más de 100 metros. El nombre de Ouzoud proviene del bereber y significa oliva, lo que hace referencia a los olivos presentes en esta zona de Marruecos. Una vez aquí, tienes varias opciones: hacer una caminata, bañarte en el río, visitar el poblado de Tanaghmeilt… 

Si estás en Marrakech y tienes tiempo libre, puedes hacer esta excursión de un día con la que te llevamos ida y vuelta desde la ciudad hasta las cascadas.

Essaouira

En la costa atlántica de Marruecos se encuentra Essaouira, el lugar idóneo para escapar del ajetreo de Marrakech y disfrutar de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, en la que se combina historia, cultura, playas hermosas y una vibrante escena artística y musical. Un día en Essaouira se te quedará corto, pero si no tienes mucho más tiempo para invertir en este lugar, merece la pena hacer una excursión organizada desde Marrakech para conocerlo.

Desiertos de Merzouga y Zagora

Una de las excursiones más mágicas que he hecho en mi vida es la de dormir en el desierto marroquí. El paisaje de una duna apareciendo tras otra solo se supera cuando cae la noche y empiezan a aparecer las estrellas. En el momento más oscuro, sientes como si estuvieras dentro de un bol, con las dunas rodeándote y un cielo en el que no cabe ninguna estrella más. De verdad, que es uno de los momentos más bonitos que he vivido en mis viajes.

Depende del tiempo que tengas, desde Marrakech puedes conocer el desierto de Zagora en una excursión de dos días y el de Merzouga en una de tres (yo recomiendo este último). Sea como sea, tengas los días que tengas, hazle un hueco para adentrarte en el desierto del Sáhara.

Cosas que saber antes de visitar Marrakech

Mejor época para visitar Marrakech

Marrakech es una ciudad muy calurosa y en verano no es raro alcanzar los 40º, por lo que te recomiendo que hagas tu viaje entre los meses de octubre y mayo, para evitar los días con las temperaturas más altas.

Consejos de transporte en Marrakech

En Marrakech encontrarás taxis pequeños, que se mueven por dentro de la medina, y grandes, que hacen los trayectos de las afueras. En principio, los taxis de Marrakech funcionan con taxímetro, pero muchas veces no lo activan, así que antes de montarte te recomiendo que regatees el precio o que te asegures de que van a activar el taxímetro.

Información sobre la moneda y el idioma

En Marruecos se usa el dírham marroquí, cuyo tipo de cambio es aproximadamente de 10 dírhams por un dólar. Debido al turismo, muchos establecimientos aceptan euros o dólares como moneda para pagar, pero siempre harán un tipo de cambio que les favorezca. Lo mejor es que cambies dinero en las casas de cambio situadas en la plaza de Jamaa el Fna o que saques del cajero si cuentas con una tarjeta que te haga buen cambio y que no te cobre una comisión excesiva. Aunque en muchos sitios podrás pagar con tarjeta, en muchos otros no, así que intenta llevar siempre efectivo.

En cuanto al idioma, las lenguas oficiales de Marruecos son el árabe y el amazigh, pero prácticamente todos los marroquíes hablan y entienden el francés y muchos de ellos también se defienden en español.

Preguntas frecuentes sobre Marrakech

¿Cuántos días se recomiendan para visitar Marrakech?

Para ver los puntos esenciales de la ciudad, deberás dedicar al menos dos días a Marrakech. Luego, tendrás que sumar el tiempo que necesitas para visitar el resto de lugares cercanos, como el ya mencionado imprescindible desierto.

¿Cómo llegar del aeropuerto de Marrakech al centro de la ciudad?

El centro de Marrakech es bastante enrevesado y resulta complicado encontrar alojamientos, por lo que la opción más cómoda es contratar directamente un servicio privado de traslado, por el que te recogerán en el aeropuerto y te dejarán en la puerta de tu hotel. También hay taxis, pero estos no se meten dentro de las calles estrechas y muchas veces te dejan en cualquier punto sin indicación de cómo llegar a tu alojamiento. Cuando el taxi te deja, es común que llegue alguien con un carro, coja tu equipaje, te lleve hasta el hotel y te cobren un adicional por su servicio, sin apenas haber preguntado.

Además, desde el aeropuerto salen unos buses de la compañía Alsa cada 20 minutos, desde las 6:00 hasta las 23:30. Para en diferentes puntos del centro, como la plaza de Jamaa el Fna y es la opción más económica (alrededor de 3 dólares ida y vuelta).

¿Dónde alojarse en Marrakech?

Sin duda, la experiencia en Marrakech tiene que estar acompañada por un alojamiento en un riad, los famosos alojamientos que cuentan con un patio central en el que, en muchas ocasiones, tienen una pequeña piscina.

Una buena opción es alojarte en la zona del zoco o de la plaza de Jamaa el Fna, así estarás cerca de todo. Si te apetece estar un poco más lejos de todo el movimiento, te recomiendo el Riad L’Atelier, un alojamiento precioso a cinco minutos de la madrasa de Ben Youssef.

¿Es seguro viajar a Marrakech?

Marrakech es una ciudad acostumbradísima al turismo y no hay ningún problema en viajar hasta este destino, lo hagas como lo hagas, en pareja, en grupo o incluso en solitario. Solo tendrás que aplicar el sentido común, como en el resto de las ciudades, y tu viaje será perfecto.


¿Conoces otros lugares y consejos sobre Marrakech que debiésemos agregar a este artículo? ¡Comparte tus tips con nuestra comunidad de viajeros!


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Mónica

Mi mayor pasión en la vida es recorrer el mundo. Amo descubrir nuevas culturas, explorar a fondo la naturaleza y deleitarme con la gastronomía de cada país que visito.

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