Lo que más me impresionó cuando salí a la calles de Bogotá por primera vez, fueron sus montañas. La ciudad tiene como acompañantes macizos grandes y verdes que dan la sensación de estar abrazándote. Sin duda, pasear bajo su compañía le da un toque único a la capital colombiana. De la mano de estas montañas de los Andes, te llevo por un recorrido sobre qué hacer y qué ver en Bogotá.
En mis últimos viajes, mi primer paso para conocer la ciudad en la que voy a estar unos días es hacer un free tour. La historia de Bogotá está inevitablemente ligada a la del terrorismo y en mi última visita a la capital colombiana, fue todo un acierto hacer un recorrido llamado «Guerra y paz», en el que el guía nos llevó por algunos de los lugares más importantes de la historia reciente de Bogotá, que tiene como protagonista a las FARC. Si te interesa este tema, te recomiendo muchísimo hacerlo.
Además, la ciudad es conocida por sus grafitis, que puedes ver en barrios como el de La Candelaria, del que hablaremos más adelante, y que también son explicados en visitas guiadas. Y si eres de los que viajan pensando todo el rato en probar la gastronomía local (es lo mejor), puedes hacer un tour gastronómico al más puro estilo colombiano, en puestos callejeros.
En el top 3 de mi ranking personal de cosas que hacer en Bogotá, está una visita obligada al Museo del Oro. Entré en él casi por casualidad, ya que no sabía lo que me iba a encontrar, pero fue un acierto absoluto. La exposición permanente está compuesta por un sinfín de artículos encontrados en excavaciones arqueológicas, no solo de oro, sino también de otros materiales.
Entre todos ellos destaca la Balsa Muisca, un objeto que simboliza el mito y la ceremonia de El Dorado e introduce el tema de la ofrenda que realizaba el cacique o el chamán para promover o restaurar el equilibrio del mundo. La Balsa Muisca te introduce a lo que más me impresionó de todo el museo, la sala de La ofrenda, donde te sumergen en una experiencia de cánticos de la Sierra Maestra y juego de luces con el que reprentan la ofrenda que se hacía arrojando objetos de oro a la laguna de Guatavita. La experiencia es espectacular, de esas que te sorprenden reapareciendo en tu mente en forma de recuerdo mucho tiempo después de tu viaje.
Horario: de martes a sábado, de 9:00 a 19:00 (última entrada a las 18:00) y domingos, de 9:00 a 17:00 (última entrada a las 16:00).
Precio: 5000 pesos colombianos (alrededor de 1,25 dólares). Entrada gratuita los domingos.
Junto con el tour de «Guerra y paz» y el Museo del Oro, el cerro de Monserrate completa mi lista de las tres cosas que más disfruté en Bogotá. Mi experiencia en este cerro fue un reto, ya que decidí subirlo caminando, algo complicado teniendo en cuenta la altura a la que se encuentra la ciudad. Empiezas la ruta en los 2600 metros sobre el nivel del mar y alcanzas casi los 3200 cuando llegas a lo más alto. Hacer la caminata a esta altura dificulta mucho la respiración, por lo que hay que ir haciendo paradas más frecuentemente de lo normal para recuperar el aliento.
Aunque puede resultar un tanto difícil, si te gusta el senderismo, te recomiendo hacer al menos la subida a pie. Si no, tanto para la subida como para la bajada tienes otras dos opciones, el teleférico y el funicular. Cada uno cuenta con un horario diferente y con precios distintos, así que te recomiendo que consultes su web para organizar tu viaje y comprar tus entradas con tiempo.
Cuando bajes del cerro de Monserrate, puedes aprovechar para hacer dos cosas. Por un lado, a tan solo unos pasos de la taquilla del teleférico y del funicular se encuentra la Casa Museo Quinta de Bolívar, un espacio en el que vivió el gran líder de la independencia colombiana y que en la actualidad se ha convertido en un espacio en el que se cuenta la historia de su vida. Además, a cinco minutos en coche de aquí se encuentra el Museo Nacional de Colombia, que, con más de 200 años, es uno de los más antiguos de América.
Horarios y precios
Casa Museo Quinta de Bolívar
Horario: de martes a domingo, de 9:00 a 17:00.
Precio: entrada general, 6000 pesos colombianos para nacionales y 10 dólares para extranjeros. Entrada gratuita los miércoles de 15:00 a 17:00 y el último domingo de cada mes.
Museo Nacional de Colombia
Horario: de martes a domingo, de 9:00 a 17:00.
Precio: entrada general, 6000 pesos colombianos para nacionales y 10 dólares para extranjeros. Entrada gratuita los miércoles de 15:00 a 17:00 y el último domingo de cada mes.
Tus días en Bogotá girarán en torno a la plaza Bolívar, ya que es uno de los puntos principales de la ciudad. Desde aquí parten muchos de los free tours de los que te hemos hablado más arriba. Es un lugar que impresiona por su amplitud y por la grandeza de sus edificios, algunos de los más importantes de la ciudad, como la Catedral Primada, el Palacio de Justicia, el Capitolio Nacional o el Ayuntamiento. En el centro se encuentra una estatua de Simón Bolívar, líder de la independencia de Colombia y de otros países sudamericanos.
Aquí, te recomiendo entrar al Museo de Santa Clara, situado en el edificio que ocupaba el real convento del mismo nombre, una iglesia barroca que fue entregada en 1983 para que todos los colombianos pudieran disfrutar del arte de su interior.
Si te gusta visitar iglesias con historia, tienes que conocer la de San Francisco, situada a menos de 10 minutos andando de la plaza de Bolívar. Se trata de la iglesia más antigua de la ciudad (siglo XVI) y, entre todo el arte que aquí se concentra, destaca su retablo renacentista. Es de esos templos religiosos en los que te puedes sentar y tirarte horas y horas mirando cada detalle.
Muy cerca de la plaza de Bolívar se encuentra también otro de los museos imprescindibles que visitar en Bogotá es el que recoge gran parte de la obra del pintor más famoso de Colombia, Fernando Botero. Aunque más de la mitad de las obras aquí expuestas son del gran maestro colombiano, tendrás la suerte de poder ver de cerca trabajos de otros grandes artistas internacionales, como Dalí, Picasso y Monet. Todo esto, además, sin pagar ni un peso, ya que la entrada es totalmente gratuita. Vamos, que aunque no seas la persona más aficionada al arte, es casi un pecado no ir a este museo.
Horario: de lunes a sábado (exceptuando los martes, que está cerrado), de 9:00 a 19:00 y domingos de 10:00 a 17:00. La entrada se puede realizar hasta una hora antes del cierre.
Precio: gratuito.
La Candelaria es el barrio más llamativo de Bogotá, principalmente por sus calles repletas de murales. La más famosa es el callejón del Embudo, donde se mezclan las casas coloniales con el arte urbano de las paredes. Al final de este callejón se encuentra el Chorro de Quevedo, una plaza con mucho ambiente durante las tardes.
Sin embargo, yo te recomiendo que sigas a tu instinto y te pierdas por las calles de La Candelaria más allá de las que están repletas de turistas. Los grafitis se encuentran por todos los lados de este barrio y podrás encontrar verdaderas obras de arte en sus muros.
Además, si te gusta el arte urbano, a las afueras del centro de la ciudad se encuentra Distrito Grafiti, un espacio con grandes paredes autorizadas por el Gobierno de Bogotá para dejar que artistas de todo el mundo realicen aquí sus obras. En esta calle podrás encontrar murales de artistas internacionales como el peruano Jade Rivera, el barcelonés Pez o la colombiana residente en Argentina Katherine Dossman Casallas (conocida como k2man).
Personalmente, los murales de Distrito Grafiti me gustaron mucho, pero, a la vez, se encuentra en una zona industrial que puede dar la sensación de insegura, lo que me hizo estar en tensión. Te animo a visitar este lugar, pero hacerlo de día, para ir con tranquilidad.
Una de las cosas que más me gustó de Bogotá (y de Colombia en general) es que puedes ir haciéndote con comida en sus puestos callejeros mientras vas paseando o haciendo algún tour. No te puedes perder las arepas de cualquiera de esos puestos ni la fruta (el mango en concreto) que venden los ambulantes de la plaza de Bolívar.
Si quieres ir a un sitio para sentarte y disfrutar tranquilamente de la gastronomía colombiana, te recomiendo Andrés Carne de Res (hay varios en toda la ciudad). Además, también puedes visitar el mercado de la Perseverancia, que se ha hecho famoso entre los turistas en los últimos años por haber aparecido en «Street Food Latinoamérica», programa de Netflix. Otro mercado interesante de visitar es el de Paloquemao, donde puedes hacer un tour para probar frutas exóticas de Colombia.
Por supuesto, ¿cómo vas a visitar Colombia y no probar su producto estrella, el café? En cualquier esquina podrás tomarte un «tinto», como conocen los colombianos a un vaso de café negro largo. Si eres fan de esta bebida, ve más allá haciendo un tour de degustación de café prémium.
La Catedral de la Sal de Zipaquirá es uno de esos lugares a los que no hubiera ido por mi propia cuenta, pero tuve la suerte de conocer a una bogotana muy amable que me invitó a hacer una excursión a este lugar. Fui sin ninguna expectativa y la verdad es que me pareció bastante impresionante. En una mina de sal en la que construyeron una catedral subterránea, con cruces y estatuas gigantescas incluidas, todas ellas hechas con el propio material de la mina.
Si viajas desde Bogotá a esta zona, puedes aprovechar para ver la laguna de Guatavita, un lugar bonito desde el punto de vista natural, pero sobre todo con una gran leyenda a su espalda, ya que a este espacio se le otorga ser el escenario de la famosa leyenda de El Dorado, que tan locos volvió a los conquistadores españoles.
La manera más cómoda para llegar a estos dos puntos desde Bogotá es hacerlo en una excursión organizada a la Laguna de Guatavita y la Catedral de Sal de Zipaquirá, ya que podrás aprovechar mejor el día y visitar dos destinos interesantes en un solo día.
Al estar tan cerca de los Andes, Bogotá también es un destino perfecto para los amantes del senderismo y la naturaleza. Si te apetece reservar algunos días para conocer los destinos naturales cercanos a Bogotá, apunta en tu lista la ruta a la cascada de la Chorrera, que, con 590 metros, es la más alta de todo Colombia. En esta excursión de medio día llegarás hasta la base de la cascada, donde tendrás una imagen que se quedará en tu mente para siempre.
Otra opción que nos ofrecen las montañas de alrededor de la capital colombiana es la de hacer escalada. Pasando la frontera noreste de Bogotá a Cundinamarca se encuentra Suesca, también conocida como «la escuela de montañismo de Colombia». Tanto si tienes ya experiencia en este campo como si te apetece probar, este es uno de los principales destinos de escalada de todo el país, así que es perfecto tengas el nivel que tengas.
Desde Denomades, te animamos a hacer esta actividad con nuestra excursión organizada, en la que te acompañará un guía especializado.
Como última recomendación de excursiones de naturaleza en Bogotá, te recomiendo el Parque Natural Chicaque, una gran reserva ecológica e hídrica al suroeste de Bogotá. Este lugar está repleto de rutas de diferentes niveles y cuenta con un bosque nuboso en el que habitan más de 300 especies de aves, con ejemplares que ojalá tengas la suerte de ver, como el cóndor andino y el tucán. Otros animales que también viven aquí y con los que es mejor no encontrarse son el oso de anteojos y el puma. Si te gusta la naturaleza, puedes hacer esta excursión perfectamente en medio día y así desconectar del bullicio de la ciudad.
Cuando piensas en Colombia, quizá te imaginas un país cálido en todos sus puntos. Sin embargo, Bogotá se encuentra a 2625 metros sobre el nivel del mar, por lo que es una ciudad fría durante muchos meses del año. Además, bajo mi experiencia personal, visité este destino en enero y el clima me pareció muy cambiante, por lo que tenía que salir siempre con una chaqueta un poco gruesa en la mochila.
Si pensamos en el tiempo, los mejores meses para viajar a Bogotá son de diciembre a febrero y de junio a agosto, cuando el clima es más seco y cálido. Sin embargo estos meses también son los de temporada alta, así que si prefieres los momentos de menos gente y con precios más bajos, visita la capital colombiana en abril y mayo o entre septiembre y noviembre.
La forma más cómoda de moverse en Bogotá son los taxis y, aunque no sea la más económica si la comparamos con el transporte público, es un medio que resulta bastante económico comparado con otros países. En Bogotá, además, cuentan con varias líneas de autobuses que conectan la ciudad. Si quieres gastar menos, esta es una buena opción, pero no lo es si lo que buscas es mayor comodidad y rapidez.
La moneda de Colombia es el peso colombiano, cuyo cambio es de aproximadamente 4000 pesos por cada dólar. Aunque muchos comercios y restaurantes aceptan los pagos con tarjeta, te recomendamos llevar siempre en efectivo para poder saciar tus antojos en los innumerables puestos de comida callejera que te irás encontrando por la ciudad.
Si estás pensando en solo visitar los atractivos turísticos de la ciudad, sin tener en cuenta las excursiones a sus alrededores, te recomendamos reservar tres días para este destino. Aunque en dos días, madrugando y aprovechando al máximo cada hora quizá puedas verlo todo, te recomiendo que estés un día más y disfrutes de la ciudad con calma.
Además, como has visto, muchos museos tienen entrada gratuita ciertos días de la semana. Si te interesa visitarlos, puedes cuadrar para que tu viaje coincida con esas fechas.
Además de los servicios tradicionales de taxi o transporte privado, el transporte público también ofrece servicios de bus para ir del Aeropuerto Internacional El Dorado al centro de la ciudad. Existen diferentes rutas, horarios y formas de pago, por lo que te recomiendo que consultes la página web del propio aeropuerto para analizar cuál te conviene más, dependiendo de la zona en la que te vayas a alojar.
Si quieres estar cerca de los principales atractivos turísticos de la ciudad, la zona perfecta es el barrio de La Candelaria, del que te he hablado más arriba. Si te alojas aquí, podrás llegar andando a prácticamente todos los sitios que te he contado en esta guía.
Si no te importa alojarte en una zona menos céntrica, puedes quedarte en Chapinero, el barrio bohemio de Bogotá y en el que encontrarás locales más auténticos, con mayor presencia de gente local y menos turistas. Yo me quedé en esta zona, exactamente en el hostal República, y estuve muy a gusto.
Cuando hablamos de Colombia, mucha gente lo asocia con un lugar inseguro. Yo viajé por todo el país sola, siendo mujer, y me sentí muy bien recibida allá donde fui. Como en todas las grandes ciudades de Latinoamérica, en Bogotá hay que tener cuidado e intentar no salir mucho de las zonas más concurridas y turísticas, especialmente por la noche. Con sentido común, podrás disfrutar de Colombia y de su gente sin ningún tipo de problema.
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