San Pedro de Atacama, uno de los puntos turísticos más importantes de Chile, ya se encuentra operativo ofreciendo varias actividades para disfrutar del desierto más árido del mundo. A continuación te contamos todo lo que debes saber para visitar San Pedro en tiempos de COVID, además de conocer la experiencia de uno de sus primeros visitantes durante la pandemia.
Si quieres conocer más detalles acerca de este documento, además de la información más actualizada respecto al estado de las comunas en Chile para viajar, entonces te recomendamos visitar nuestro artículo Cómo viajar en Chile durante la pandemia: todo lo que debes saber.
Sí, San Pedro de Atacama está abierto al turismo. A pesar de que no todos los lugares turísticos se encuentran abiertos, es completamente factible visitar San Pedro para unas increíbles vacaciones en el Desierto de Atacama.
Los trabajadores del turismo en San Pedro se han preocupado de mantener al 100% el cumplimiento de protocolos sanitarios COVID-19 dispuestos por las autoridades. Las medidas aplicadas para resguardar a los turistas, además de guías y comunidades locales, son las siguientes:
La forma más sencilla para llegar a San Pedro de Atacama es por avión. El aeropuerto más cercano es Calama, ciudad que se encuentra al 19 de octubre de 2020 en Paso 3. Esto quiere decir que el ingreso de viajeros de otras regiones, que también provengan de una comuna en Paso 3 o superior, está permitido. Obviamente debes tener tu Permiso de Traslado Interregional y Pasaporte Sanitario al día.
Actualmente se encuentran operando restaurantes con terraza abiertos, entre ellos La Franchutería, Lola, Ckunna, Jardín Meraki y otros. En cuanto a los alojamientos, hoy se encuentran operativos Ckoi Atacama Lodge, Lodge Altitud, Hostal Sumaj Jallpa, Hostal Renta House, entre otros.
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A continuación te dejamos una lista de los tours disponibles actualmente, haz click en ellos para conocer más información.
Por su parte, los siguientes tours clásicos se reanudarán una vez que los parques, que se visitan en cada uno de ellos, decida abrir nuevamente a público (no existe aún una fecha estimada de reapertura):
«Surgieron muchísimas dudas y también obstáculos. Dentro de ellos la gente diciéndonos por todos lados que estábamos locos, que cómo se nos ocurría, que no es el momento, que no van a dejarlos pasar en el aeropuerto… Nosotros hicimos oídos sordos porque nuestro espiritu aventurero fue mayor», comenta Cristián.
Así es como, con Pasaporte Sanitario y Permiso de Traslado Interregional en mano, Cristián y Valentina llegaron a San Pedro desde Santiago, para encontrarse dentro del desierto más árido del mundo por primera vez.
«La sensaciones fueron muy especiales, porque al momento de tomar cualquier tour vimos absolutamente todo lo que había para ver. En ningún momento nos dijeron –chicos, esto no se ve en esta época-. Vimos flora, fauna, pozas con agua volcánica, nieve y lluvias a lo lejos. Fue muy sobrecogedor porque veníamos de cuarentena, entonces lo único que queríamos era salir a reconectarnos con la tierra y eso se logró al 100%».
«Siendo deportistas, queríamos hacer montañismo más alla de hacer un tour relajado. Recuerdo vívidamente escalar la nieve haciendo hoyos con la punta de los zapatos, fue muy especial. Gracias al apoyo de los guías y a lo sobrecogedor de las sensaciones pudimos apreciar la naturaleza de manera sublime. La vista que se aprecia desde arriba es muy especial. Nos sentimos en el cielo».
Es interesante observar cómo la pandemia ha obligado a la industria y a los mismos los viajeros a replantearse la forma de hacer turismo. Lo primero es aceptar que la apertura de los destinos turísticos de Chile y el mundo será gradual y estará en constante cambio. Parques, hoteles y restaurantes pueden cerrar y abrir dependiendo de la situación local, lo que exigirá en los viajeros un nuevo sentido de flexibilidad.
La invitación es entonces a considerar tours diferentes, rutas alternativas, visitar atractivos menos conocidos. El turismo debe reactivarse a paso lento y seguro para no amenazar la seguridad de los habitantes de los destinos.
La nueva forma de viajar es una increíble oportunidad para adaptar nuestra perspectiva, una que da espacio a la conexión de los viajeros con el entorno que no es posible cuando los destinos se encuentran aglomerados de turistas.
«Me atrevo a decir que experimentamos San Pedro de Atacama como ningún turista lo ha hecho hace 10 o 15 años. Si no hubiésemos viajado durante la pandemia, no hubiesemos podido vivir lo que vivimos, ni conectarnos tanto con el ambiente, con el pueblo y con los guías», dice Cristián.
Cristián hace incapié en esa conexión que permite esta nueva forma de viajar, una que es más privada y menos masiva. «Cuando está lleno de turistas uno pasa a ser uno más, y al realizar un tour no se producen ese tipo de conexiones, tanto con la tierra como con la gente. En esta época usualmente las calles están atestadas de gente. Ahora no, se sentía que el pueblo, las montañas, la flora y la fauna habían tenido su merecido respiro».
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