Un viaje tiene muchas más posibilidades de ser exitoso cuando se prepara bien. O al menos, que nunca te falte nada mientras te encuentras en la ruta. Si estás a punto de salir a mochilear, es clave que sepas cómo preparar la mochila de la mejor forma, evitando pasar malos ratos después.
Cuando sales a mochilear, las condiciones pueden cambiar bastante durante tu camino. Algunas noches las pasarás en hostales, otras acampando y una que otra en algún medio de transporte. Lo importante es saber adaptarte para cada una de estas situaciones.
Es importante informarnos sobre nuestra ruta y sobre qué variables podemos toparnos. Debemos tener en mente por cuánto tiempo estaremos viajando, qué tipo de rutas usaremos, el clima al que nos expondremos y qué servicios tendremos disponibles. No es lo mismo hacer la Carretera Austral, que conocer Cusco y sus alrededores.
Lo más práctico es que elabores una lista con todo lo que crees que puedas necesitar. Anota todo lo que se te venga a la mente, considerando cualquier tipo de imprevistos. Es muy probable que termines con una lista muy extensa, y es en este momento en el que comenzarás a aplicar «filtros», con tal de reducir el equipaje a lo esencial.
¿Lo has usado durante el último mes? Si no, entonces puede que no sea imprescindible. ¿Realmente necesitas llevar más zapatillas? Es probable que un par de zapatos de trekking y otro de zapatillas ligeras/sandalias sea suficiente. ¿Usarás una muda de ropa para cada día de la semana? Claramente no. Una muda extra o dos serán más que suficiente si es que estarás viajando. Si lo harás con amigos, junten sus cargas a la hora de usar lavado en una hostal.
¿Realmente necesitas tantas capas? Una chaqueta gruesa y una capa para agua (o cortavientos) serán abrigo suficiente. Considera que idealmente tu carga no superará el 20% de tu peso corporal. Una vez hayas determinado lo que llevarás, es tiempo de comenzar con la distribución del peso.
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Como ya decíamos, es realmente importante que reduzcas el peso de tu mochila al mínimo. Ten en consideración que podrías comprar cosas mientras viajes. Si planeas viajar durante más de una estación, entonces compra la ropa extra que necesites mientras viajas. No tiene sentido cargar esas sandalias si aún quedan dos meses de invierno, así como no tiene sentido cargar una chaqueta gruesa en pleno verano.
Si también harás actividades como trekking y puedes dejar tu mochila y mayoría de la carga en una hostal o campamento, tener una mochila de exploración puede ser realmente útil, la que idealmente será de entre 20 y 30 litros. Muchas veces esta mochila más pequeña viene incluida en la mochila más grande, por lo que puedes hacer la compra dos en uno. Esto no quita que puedas incluir la tuya, si así lo prefieres.
Para finalizar, a la hora de compar una mochila es necesario que tengas claro el uso que le quieres dar, la resistencia al agua que necesitarás y que se ajuste a tu morfología. Las mochilas tienen tallas y muchas otras prestaciones, por lo que cada persona puede necesitar una distinta según su cuerpo y objetivos. Tómate tu tiempo, considera que probablemente serán tus compañeras durante años.
¿Tienes otro consejo para armar mejor la mochila? ¡Deja tu opinión en los comentarios!
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