Si eres de los que viajan buscando ciudades cosmopolitas con mucho arte urbano, Berlín tiene que estar sí o sí en tu lista de destinos pendientes. La capital alemana es mundialmente conocida por su famoso muro, que separó la ciudad en dos durante 28 años, pero además de todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, Berlín tiene un lado underground que enamora a todos los que les gusta explorar más allá de lo turístico.
Obviamente, visitar Berlín e irse sin conocer el Muro no está dentro de nuestros planes, así que aquí te traigo una guía en la que te cuento un poco de todo, desde sitios turísticos hasta rincones menos conocidos, así podrás elegir qué es lo que más te apetece hacer.
Es casi imposible empezar a planear una visita a Berlín por otro punto que no sea el Muro. Quizá has oído hablar de él, pero no sabes mucho de la historia, así que aquí te voy a hacer un pequeño resumen para ir aumentando tus ganas de conocer este lugar.
El Muro se levantó durante la Guerra Fría, un conflicto que empezó después de la Segunda Guerra Mundial y que enfrentó a la parte Occidental (capitalista) con la Oriental (comunista). En total, esta construcción tenía alrededor de 160 kilómetros de largo y una altura de más o menos 4 metros.
Pero ¿por qué se construyó el Muro? El lado comunista de Berlín comenzó a experimentar la salida de muchos habitantes hacia el lado capitalista, buscando una vida mejor, por lo que los gobernantes del lado comunista decidieron construir el muro para así evitar la emigración de más gente. Al elevarlo, separaron a familias y amigos que no pudieron volver a verse hasta su caída.
En la actualidad, solo algunas partes del Muro siguen en pie, sin embargo, si vas paseando por la ciudad y te fijas en el suelo, están marcadas las zonas que atravesaba el muro con una doble hilera de adoquines y placas de hierro fundido y con la inscripción «Berliner Mauer 1961-1989».
Para conocer la parte del Muro que todavía se conserva y algunas de las zonas por las que pasaba, puedes ir a los siguientes puntos de la ciudad:
East Side Gallery: es el punto más conocido entre los turistas que visitan la ciudad. Aquí se encuentra un total de 1,3 kilómetros del muro, que están decorados con diversas pinturas, como la famosísima en la que dos líderes comunistas se están besando en la boca.
Memorial del Muro de Berlín: en Bernauer Strasse podrás ver la única parte del muro que se conserva con toda su profundidad. Se trata de un tramo de unos 70 metros que se encuentra acompañado de un centro de documentación y una exposición al aire libre.
Mauerpark: Mauerpark es en la actualidad un gran parque de 10 hectáreas en el que se celebra todos los domingos un mercadillo y en el que se reúnen los residentes de Berlín cuando empieza el buen tiempo para hacer un pícnic, pero en la época de la Alemania dividida, aquí se encontraba la frontera entre Prenzlauer Berg y Wedding y todavía se conservan unos 300 metros del Muro, decorado con diferentes obras de arte urbano.
Topografía del terror: uno de los lugares conmemorativos de la Segunda Guerra Mundial que puedes conocer en Berlín se llama Topografía del Terror, un conjunto de edificios en los que se encontraban las sedes de las SS y la Gestapo. Además de una exposición permanente relacionada con las atrocidades nazis, aquí también se conservan partes del Muro y, de primavera a otoño, se realiza una exposición a su alrededor.
La milla histórica: a lo largo de la antigua trayectoria del Muro y en un total de 32 estaciones diferentes se encuentra una exposición permanente en cuatro idiomas en la que podrás obtener muchísima información sobre la historia de la división de la ciudad, la construcción y caída del Muro y las víctimas de estos años.
Otros lugares: el Muro está muy presente en toda la ciudad, por eso no es raro encontrarte pedazos del mismo en otros puntos, como Potsdamer Platz, el puente de Bösebrücke o el paso fronterizo de Checkpoint Charlie, del que te hablo más adelante.
Una forma interesante de recorrer muchos de los lugares por los que pasaba el Muro es hacerlo en bicicleta. Si tienes la suerte de visitar Berlín con días soleados, este es un plan diferente y muy entretenido.
Si París tiene la Torre Eiffel y Londres el Big Ben, el emblema de Berlín es la Puerta de Brandeburgo. Esta fue levantada en 1791 y es uno de los pocos monumentos que sobrevivió a la guerra. Por aquí pasaron personajes importantes de la historia como Napoleón y Hitler y es, cada año, el punto final de la famosa maratón de Berlín.
Su punto más característico se encuentra en todo lo alto, una cuadriga de bronce dirigida por la diosa de la Victoria. Te recomiendo que vayas a verla tanto de día como de noche, ya que es muy bonita durante ambos momentos.
A menos de 10 minutos de la puerta de Brandeburgo se encuentra uno de los monumentos al Holocausto más conocidos de Berlín. Si has investigado un poco sobre la ciudad o si tienes amigos que la han visitado, seguro que has visto fotos de estos bloques de hormigón separados por estrechos pasillos al aire libre. Aquí, te animo a que te olvides de las fotos y que recorras los pasillos en silencio, notando la presencia de estos enormes bloques y pensando en la importancia de tener siempre en mente lo que los nazis hicieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando termines tu recorrido por este monumento, busca la escalera que lleva a la exposición subterránea, un importante centro de información en el que conocerás la vida de algunas de las personas que fueron asesinadas durante el Holocausto.
Horario del Centro de Información: de martes a domingo, de 10:00 a 18:00.
Precio: gratuito.
Al otro lado de la puerta de Brandeburgo se encuentre Tiergarten, un parque de más de 200 hectáreas que puedes aprovechar de diferentes maneras, recorriéndolo a pie o en bicicleta o simplemente utilizándolo como lugar de descanso, para echarte una siesta entre visita y visita (el turismo a veces resulta agotador). En este gran espacio natural en medio de la ciudad hay de todo, desde un monumento soviético hasta lagos y ríos. Mi consejo: piérdete en él sin mirar el mapa e irás descubriendo lugares con mucho encanto.
Un poco más arriba te he mencionado el Checkpoint Charlie y quizá te suene su nombre. ¿Por qué es famoso este punto de Berlín? Aquí se encontraba el punto de control fronterizo entre un lado y el otro del Muro más famoso de la Guerra Fría. En la actualidad, hay una recreación de la caseta original (que se encuentra en el Museo de los Aliados) rodeada de sacos de arena y con las banderas de Estados Unidos como protagonistas. Además, dos actores hacen el papel de soldados. Sin duda, un lugar sumamente turístico.
Aquí, es interesante conocer el Museo del Muro, en el que, entre otras cosas, te cuentan algunas de las formas que inventaban los habitantes de la parte comunista para atravesar el Muro y huir a la parte capitalista.
Si vas a visitar el Checkpoint Charlie, aprovecha también para conocer la ya mencionada Topografía del Terror, que se encuentra a tan solo cinco minutos andando.
Nos movemos ahora hasta la conocida como isla de los Museos para visitar, como primer punto, la catedral de Berlín. Fue construida entre finales del siglo XIX y principios del XX y a primera vista llama la atención por su impresionante cúpula de bronce. En su interior destaca la cripta de los Hohenzollern, donde se encuentran hasta 90 tumbar de algunos de los miembros de esta familia imperial alemana.
Una vez dentro, no dudes en subir los 270 escalones que te llevan hasta la cúpula, desde donde tendrás unas vistas preciosas de la ciudad.
Horario: de lunes a sábado de 9:00 a 19:00 y domingos de 12:00 a 19:00.
Precio: 10 euros.
Berlín cuenta con una amplia oferta artística a lo largo y ancho de su ciudad, pero son dos los grandes protagonistas de este sector, el Museo de Pérgamo y el Neues Museum. Desgraciadamente, a finales de 2023 el Museo de Pérgamo, que recoge grandes joyas arqueológicas de la historia de todo el mundo, cerró sus puertas hasta nada más y nada menos que el año 2037.
Durante estos años se llevará a cabo una gran remodelación y se irán abriendo poco a poco los diferentes sectores. Se tiene previsto que la apertura del ala norte, donde se encuentra el famosísimo Altar de Pérgamo, se dé en 2027. Como alternativa, durante los trabajos de remodelación los turistas pueden visitar El Panorama – Museo de Pérgamo, un edificio nuevo que ya está abierto y en el que se realizan exposiciones temporales con piezas del Museo de Pérgamo.
Horario de El Panorama: de martes a domingo, de 10:00 a 18:00.
Precio de El Panorama: 14 euros.
Uno de los beneficios de que el Museo de Pérgamo esté cerrado, es que la decisión de cuál de las dos grandes galerías de Berlín visitar ya no es nada complicada. Ya que no puedes conocer la famosa puerta de Ishtar, ve a deleitarte con el increíble busto de Nefertiti del Neues Museum o Museo Nuevo. La gran joya de este museo fue creada nada más y nada menos que en el año 1345 a. C. (lee esto despacio, antes de Cristo), es decir, que tiene más de 3350 años y se conserva a la perfección. Su belleza da para quedarse horas y horas mirándola.
Pero, aunque te mueras de ganas, no te quedes tantísimo tiempo viendo a la gran Nefertiti, porque el Museo Nuevo tiene muchísimo que conocer. En sus 8000 metros cuadrados se hace un repaso por la historia de Europa y Oriente Medio, con obras que van desde la Edad de Piedra hasta la Edad Media. Ya te adelantamos que para verlo entero tienes que dedicar días.
Horario: de martes a domingo de 10:00 a 18:00.
Precio: 14 euros.
Alexanderplatz es una de las plazas más conocidas de Berlín, por la Torre de la Televisión (a la que puedes subir y cenar en lo más alto) y por su reloj de las horas del mundo. Es una visita rápida, así que puedes hacerla aunque no cuentes con mucho tiempo, antes o después de visitar el barrio judío, que se encuentra a unos 10 minutos.
Al norte de la isla de los Museos se encuentra el barrio judío de Berlín, donde todavía se pueden apreciar algunos detalles que muestran el paso de esta comunidad por la capital alemana antes de la Segunda Guerra Mundial. Como ya sabrás, la historia de los judíos en Alemania y los países de alrededor es trágica e interesante de conocer a fondo, por lo que la mejor opción es hacer un tour por esta zona y por el Museo Judío y empaparte de lo que fue la vida en estas calles antes y durante el conflicto.
Si te gusta explorar los lugares más urbanos de las ciudades que visitas, marca ahora mismo Haus Schwarzenberg en tu mapa. Lo que fue un lugar en el que un empresario alemán escondió a familias de judíos durante la guerra es hoy un espacio underground en mitad del Berlín gentrificado. Sus callejones están repletos de arte urbano, grafitis y murales en los que artistas de todo el mundo expresan su ideología sin seguir un orden concreto. Siéntate en una de sus terrazas con una cerveza en la mano y tírate horas observando sus paredes. Siempre encontrarás algo nuevo.
Siguiendo con el arte urbano, en la zona este de la ciudad y cerca de la East Side Gallery se encuentra Skatehalle Berlin, un lugar donde los grafitis, los murales y las pegatinas infinitas son los grandes protagonistas. En este lugar, en el que se mezclan espacios al aire libre y cerrado, encontrarás diferentes pistas de skate, además de bares con terraza en los que sentarte a tomar algo y disfrutar de las piruetas de los deportistas.
Lo primero que te voy a contar aquí es que en Berlín se puede tomar cerveza por la calle sin ningún problema. En tu recorrido por la capital alemana, te encontrarás un montón de tiendas en las que hay cervezas de todas las marcas y tamaños. Agarra la que más te apetezca y utiliza el abridor que tienen en el mostrador para acompañar tus caminatas con una de ellas.
En cuanto a los lugares en los que comer, tengo que contarte que yo hice mi visita de mano de mi prima, que lleva 10 años viviendo en la ciudad y me llevó de un lado para otro sin tener que preocuparme por buscar nada. Así que te voy a dejar directamente una lista de restaurantes de gastronomía tanto local como internacional, clubes y bares que ella misma me ha recomendado y entre los que podrás elegir lo que más te apetezca cada día.
Restaurantes:
Clubes:
Bares:
Una de las visitas imprescindibles en los alrededores de Berlín es el campo de concentración de Sachsenhausen, donde fueron retenidas alrededor de 200 000 personas, de las que asesinaron a 50 000. Tras el fin de la guerra, este lugar pasó a manos comunistas y fue utilizado como cárcel de funcionarios de bajo rango del régimen nazi y otros presos que fueron detenidos arbitrariamente.
Puedes llegar hasta Sachsenhausen sin problema en tren desde el centro de la ciudad, pero resulta muy interesante hacer esta visita de manera guiada, ya que hay muchas historias interesantes que te contarán y que no encuentras en los carteles disponibles.
A menos de una hora de Berlín se encuentra Potsdam, una ciudad con un momento histórico muy importante, ya que en ella se celebró una de las conferencias de paz después de la II Guerra Mundial. Además de por su historia, Potsdam es interesante de visitar por su belleza. Cuenta con construcciones interesantes, jardines preciosos y, en definitiva, paisajes culturales que le llevaron a ser nombrada Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1990. Sin duda, es un destino ideal para hacer una escapada de un día desde Berlín.
Berlín cuenta con unos inviernos muy fríos, con temperaturas que pueden bajar de los 0 ºC. Por este motivo, te recomiendo que visites la capital alemana durante el verano, entre mayo y septiembre, cuando ya es poco probable que haya lluvias y podrás disfrutar de la ciudad en todo su esplendor.
Berlín cuenta con una red de transporte pública muy completa y fácil de usar. Si piensas moverte en metro, tren o bus, quizá te conviene comprar la Berlin Welcome Card, una tarjeta turística que además de servirte para el transporte público, te da descuentos para las entradas de algunos de los lugares más visitados de la ciudad.
Alemania pertenece a la zona euro, por lo que la moneda que utilizan es el euro, común con muchos otros países de este continente. En cuanto al idioma, aunque el oficial es el alemán, al ser Berlín una ciudad tan multicultural y cosmopolita, no tendrás ningún problema para comunicarte en inglés, tanto por la calle como en los negocios que visites.
Si quieres conocer todo lo que te hemos contado más arriba, te recomendamos pasar al menos tres días en Berlín. Eso sí, te advierto que es una ciudad que atrapa y que deja con ganas de más, así que si tienes tiempo y te apetece, deja unos días disponibles para tu visita.
El aeropuerto de Berlín está muy bien comunicado en transporte público con el centro de la ciudad. En la terminal 1 se encuentra la estación de tren, con opciones exprés y regionales. Además, si lo prefieres, desde el aeropuerto puedes llegar en bus al centro de Berlín. Mi recomendación es que uses Google Maps para ver qué opción te conviene más según la hora a la que llegues al aeropuerto.
Berlín es una ciudad muy grande y los precios de los alojamientos no son muy económicos, así que a la hora de elegir dónde hospedarte en Berlín te recomiendo que mires varias opciones antes de tomar una decisión.
Por ejemplo, el barrio de Mitte es perfecto si cuentas con pocos días y quieres tener todos los lugares turísticos no muy lejos. Si buscas algo más bohemio, tranquilo y familiar, mira por Prenzlauer Berg. La zona de Kreuzberg es más hipster y con mucha vida nocturna, mientras que en Neulölln es más fácil encontrar hospedaje económico.
Lo bueno es que, como te he contado anteriormente, Berlín tiene una buena red de transporte público, así que podrás moverte sin problema desde tu alojamiento hasta los lugares que quieras conocer.
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