Cuando hablamos de llegar a Machu Picchu, la mayoría pensará de inmediato en el clásico «Camino del Inca«. Sí, está muy bueno, pero también es el que tiene mayor demanda, recibiendo un límite de 500 turistas al día. Lo que quizás desconozcas es que existe una alternativa menos concurrida y cargada de emociones, con un sinfín de aventuras durante 4 días: el Inca Jungle.
Saliendo de la clásica concepción que se tiene sobre el trekking como el que ofrece Salkantay (pero sin dejarlo de lado), el Inca Jungle ofrece actividades como rafting, ciclismo, zipline y mucho más, sin lidiar con un exceso de viajeros y otorgando una nueva forma de alcanzar Machu Picchu.
Comenzando Inca Jungle
Antes de dar inicio a las aventuras, es ideal (pero no obligatorio) que cuentes con experiencia previa en las actividades, pues podrás disfrutarlo de forma más cómoda. También es beneficioso tener un buen estado físico.
El tour comienza en Cusco para realizar un viaje de una hora hasta el pueblo de Ollantaytambo, donde también se encuentran algunas de las mágicas ruinas del valle sagrado. Una vez en el lugar, podrás comprar algunas cosas que quizás te quedaron pendientes. El enfoque de esta área es bien turístico, por lo que es fácil encontrar bastones de trekking y otros elementos que te pueden ayudar durante el viaje. Compra un par de snacks, prueba el -recomendadísimo- jugo de naranja natural y prepárate para el próximo trayecto en vehículo, que será de dos horas en ascenso por el paso Abra Málaga, a 4330 msnm.
Tendrás un poco de frío cuando llegues al punto de partida, pero esto cambiará rápidamente una vez que te pongas el equipo de seguridad y comience el descenso en bicicleta. Será tu primer golpe de adrenalina del día, así que intenta disfrutar al máximo las dos horas de descenso que te permitirán apreciar el cambio de paisaje por distintas ecorregiones, la flora y fauna local, y el glaciar Verónica (Huacay Willca).
Serán más de 20 kilómetros en bicicleta en los que también se conocerán los restos arqueológicos de Huamanmarca, para terminar en la localidad de Santa María. Ahí podrás dejar las cosas en la habitación de hotel, almorzar, descansar una media hora y prepararte para la siguiente misión del día que el Inca Jungle tiene para ti.
Hora de mojarse
Si el descenso fue el primer golpe de adrenalina del día, pronto te darás cuenta de que sólo fue un entremés. Ahora partiremos hacia el río Vilcanota, donde recibirás una breve clase técnica antes de comenzar el rafting. Es importante que prestes atención a los consejos que te entregará tu guía y que siempre sigas sus instrucciones. Si bien el río tiene rápidos de grado II, también incluye algunos de grado III, donde verás mucha espuma a causa de la constante turbulencia y golpes del cauce contra las piedras.
Durante la temporada de lluvias (entre enero y marzo) el cauce del río aumenta, y su nivel de dificultad oscila entre los grados IV y V. Por este motivo, no te recomendamos reservar el rafting durante estos meses (es opcional). No te preocupes, hazlo el resto del año cuando es más simple y de seguro tendrás una experiencia increíble e inolvidable. Además, harán una breve parada en un sector calmo del río, en el que te puedes dar un chapuzón con un salto desde 5 metros de altura. De vuelta en el hotel, también puedes disfrutar del sauna incluido.
Descubriendo colores con el Inca Jungle
El segundo día del recorrido comenzará justo después del desayuno, para dar inicio a una caminata por la selva en lo que fue el Camino Inca original por el Amazonas. En el camino se podrá ir conociendo la vegetación local como plantas de café, semillas que se utilizan para elaborar pigmentos, hojas de coca y una variedad de frutas locales que crecen de forma silvestre. Se realiza una breve parada en Monkey House Lodge, donde también trabajan el cacao. Podrás probar el «Inca Chocolate» o «Inca Brownie», hecho de cacao y miel. Si te sientes más aventurero, podrás probar el Inca Tequila: una mezcla de muchos licores con una serpiente en su botella. En el recinto también viven muchos animales como guacamayos y monos, si te interesa conocerlos.
El recorrido continuará hacia las termas de Cocalmayo, cerca del poblado de Santa Teresa. Es uno de los pueblos que reciben bastante viajeros en camino hacia Machu Picchu, así que es un buen lugar para recorrer y generar vínculos con tus compañeros de viaje.
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Deslizándose por el Inca Jungle
¿Ya pasaste la noche? Esperamos que no hayas bebido de más, porque querrás comenzar con el mayor nivel de frescura para la siguiente actividad: el zipline. Te darás cuenta que muchos viajeros seguirán la ruta adicional hacia Hidroeléctrica, pues es, de hecho, el camino más barato para llegar a Machu Picchu (una buena alternativa económica, como se describe en ese artículo). Sin embargo, el Inca Jungle nos da la posibilidad de desviarnos y hacer este recorrido por zipline o canopy (con previa reserva).
Tras la actividad también llegarás a Hidroeléctrica. Tras un buen almuerzo, continuarás caminando por el camino junto a la vía del tren durante 3 horas de trekking para alcanzar tu destino: Aguas Calientes.
Llegada a Machu Picchu
Aquí nuestro recorrido ya se volvió más clásico, pues subirás por las escaleras hasta llegar a Machu Picchu, pero eso no quiere decir que sea menos emocionante. Todo lo contrario, pues podrás disfrutar de la gloria de haber alcanzado la tan anhelada meta. Recuerda que debes reservar tu ticket de antemano a Machu Picchu y puedes seguir estos 7 consejos para ello, así podrás entrar junto al guía al admirado sitio arqueológico y, ¿por qué no? recorrer la montaña Machu Picchu o recorrer Huayna Picchu.
Es lógico que, a estas alturas, el cansancio ya esté empezando a pasar una leve cuenta, así que el regreso será por tren hasta Ollantaytambo, donde el operador te recogerá para volver a Cusco, dando por terminada una de las aventuras más emocionantes que habrás realizado. Puedes ahorrar en Cusco con estos 7 consejos. Si te cuesta creer lo que lees sobre el Inca Jungle, despreocúpate, confírmalo con tus propios ojos en este video y contrátalo en Denomades.com.
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