El viajero, por estar en terreno desconocido y andar más relajado o confiado, está expuesto a timos y estafas de individuos que lo ven como presa fácil. La información es poder, de modo que te ponemos en guardia para que huelas las trampas y engaños. No se trata de ir con temor o paranoia, se trata de ser más listos que ellos y anticiparse.
Timo: Paseando por la calle alguien te da una flor, una pulsera, una artesanía, un papel con un poema o cualquier objeto diciendo que lo tomes, que es gratis. Lo que parece un regalo, resulta no serlo y aunque estés decidido a devolvérselo, se niega a tomarlo de vuelta y te exige dinero por él. Puede que aparezcan amigos del “amable regalador” para presionarte.
Antídoto: Rechaza los “regalos” con un “no, gracias”.
Lugares: Todo el mundo.
Timo: Te subes a un taxi en cualquier ciudad del mundo y das la indicación al taxista para ir a donde te interesa. Tu acento y aspecto son suficientes para clasificarte como extranjero, de modo que te da un gran rodeo por toda la ciudad. El importe final será de más del doble que si te hubiera llevado por la vía directa. Existe también el taxista que te lleva al hostal/hotel de su amigo/familiar/cómplice y te persuade para que te quedes.
Antídoto: Si hay taxímetro, exige que lo activen. Si no lo hay, negocia el precio del trayecto ANTES de subirte. Consulta mapas e indica por dónde quieres que te lleven, con confianza.
Lugar: Todo el mundo.
Timo: Solo víctimas masculinas. Estando solo o con un amigo en un bar, se te acercan un par de mujeres atractivas y se sientan en tu mesa. ¡Parece que la noche va a ir bien! Las chicas piden un champagne o cocktails sofisticados. En un momento dado dicen ir al baño y desaparecen. La cuenta que dejaron es astronómica y el barman (obviamente compinchado con las chicas) junto a otros clientes con cara de matones, están dispuestos a persuadirte para pagar.
Antídoto: Puede ser difícil para un hombre rechazar a una/s chica/s guapa/s. Pero compañeros viajeros, hay una máxima infalible: si algo parece demasiado bueno para ser verdad, es que no lo es.
Lugares: Países del este de Europa, Asia y tenemos constancia de timos similares en Buenos Aires.
Timo: Aprovechando que el viajero está nada o poco familiarizado con la moneda local, personas y agencias sin escrúpulos aprovechan para endosar al viajero billetes falsos o cambios nefastos que entran dentro del terreno de estafa. Abundan en lugares en que los cambios son una necesidad real, tales como aeropuertos, fronteras y zonas comerciales.
Antídoto: Infórmate del valor de la moneda antes de llegar a un país extranjero. También deberías conocer el cambio justo para rechazar los abusos. Generalmente el cambio en los lugares señalados son peores, cambia allá solo lo necesario.
Lugares: Todo el mundo.
Timo: En una frontera de un país a otro exigen una «tasa de salida» o «tasa de entrada», o cualquier tasa o impuesto sin duda inventado, que va a parar directamente al bolsillo de los policías corruptos. En Camboya hemos llegado a tener que pagar para que un «médico» nos tome la temperatura. y así confirmar que no tenemos fiebre (muy imaginativos). En ocasiones, el conductor del transporte que te lleva es cómplice de esta estafa y también saca su plata con ello. Corrupción sistematizada.
Antídoto: Se recomienda cruzar por puestos fronterizos principales, y conocer cuáles son las tasas de entrada y visa (si las hubiera) para detectar esta estafa. Como la situación del viajero ante esta estafa es muy vulnerable. solo existe la posibilidad de unir fuerzas con todo el bus de viajeros y negarse conjuntamente a pagar. Te anticipamos que habrá tensión.
Lugares: Tenemos constancia directa de esta estafa en fronteras de países americanos (Perú, Ecuador, Bolivia…), asiáticos (Camboya, Laos, Indonesia…) y, casi de forma institucionalizada, en buena parte de países africanos.
Timo: Alguien te propone en plena calle un juego que parece de azar o habilidad, en el que hay que jugarse dinero para participar. Parece dinero fácil. Una o dos personas han ganado sus apuestas delante de ti (obviamente cómplices). Juegas tu apuesta y pierdes. Siempre perderás, porque es una estafa. En España estos estafadores se conocen como «trileros».
Antídoto: Dinero fácil=peligro asegurado de estafa. No participes.
Lugares: Países latinos.
Timo: Los ordenadores del cibercafé
tienen instalados spyware (software que rastrea los movimientos). Obviamente entras en tu correo personal y, si metes aún más la pata, revisas como va tu plata en el banco. Al salir usaran esa información para intentar robarte.
Antídoto: Cuidado donde te conectas. Nunca tengas, por ejemplo, tus contraseñas del banco en tu correo personal. Evita entrar en tu cuenta bancaria en wifis abiertas.
Lugares: Todo el mundo.
Timo: En una playa o lugar de lo más entretenido con buena fiesta, alguien se te acerca y te ofrece marihuana o cualquier droga. Puede que pienses que la ocasión especial justifica fumar o tomar algo ilegal. Al poco llega un policía (o alguien que dice serlo) y ¡qué casualidad! te registra y encuentra lo recién comprado. Atrapado, estarás dispuesto a pagar lo que sea para salir de ese serio aprieto.
Antídoto: Drogas y países extranjeros es una combinación que puede convertirse en pesadilla. Abstente.
Lugares: Países con policía corrupta. Generalmente destinos con gente joven y grandes fiestas.
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Timo: Le pides a un taxista o a una agencia que te interesa ira al lugar X. ¡Qué mala suerte! Da la casualidad que hoy es el «día del Rey», «el día de la Revolución», «el día de Buda» o cualquier festividad de la que no tenías constancia. Pero no te preocupes, ellos tienen un plan alternativo: llevarte a tiendas, exposiciones o restaurantes de todo tipo (que obviamente pagan al taxista o agencia para que les traigan turistas con ganas de gastar).
Antídoto: Si no has oído a hablar de una festividad tan importante y todo está abierto menos, en teoría, el lugar que te interesa es que te están mintiendo. No seas ingenuo/a.
Lugares: Esta es muy típica de Bangkok concretamente y Tailandia en general. Aunque está extendida en otros países, sobretodo asiáticos.
Timo: En cualquier restaurante o local extranjero decides pagar con tu tarjeta. El mesero se la lleva para cobrar (no todos los países tienen datáfonos inalámbricos). Tras volver con la tarjeta con la boleta correcta todo parece estar bien… si no fuera porque te han duplicado la tarjeta y empezarán a aparecer múltiples cargos fraudulentos en tu cuenta.
Antídoto: Cuidado donde pagas con tarjeta y NUNCA la pierdas de vista. Clonar una tarjeta es un procedimiento muy rápido. Revisa de forma periódica los movimientos en tu cuenta. Debes saber que la mayoría de tarjetas de crédito disponen de un seguro que reembolsan estos montos.
Lugares: Todo el mundo.
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